Washington confirmó este jueves que las importaciones de aluminio serán gravadas con un sobre arancel de 10% y las de acero de 25%. Según el presidente de Aluar, Javier Madanes, la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es “histórica” y “marcó una vuelta de página muy significativa”. Para este empresario la medida podría causar heridas sobre el sistema global y el andamiaje montado a través de las reglas de la Organización Mundial del Comercio. De ahí que Madanes sostenga la conveniencia de que el gobierno argentino preste atención y analice esta situación más allá del caso puntual del acero y el aluminio. Aluar exportó unos US$ 700 millones el año pasado a Estados Unidos. El 60% de las ventas al exterior de esta firma tienen ese destino. El viernes a última hora hubo un encuentro entre el equipo de la Secretaria de Comercio y autoridades de Aluar por el tema. En el Gobierno hay preocupación por las medidas de Trump. A continuación, un resumen de la charla.
– ¿Qué se sabe después del jueves?
Por un lado sigue siendo confuso el panorama acerca de qué ocurrirá con estas medidas en general. Estados Unidos se reservó el derecho de instalar aranceles y cambiarlos de forma permanente. Por otro lado sabemos que Argentina está haciendo una gestión a nivel político. No sabemos qué tipo de gestión y qué implica. Se trata que Argentina quede afuera del grupo de países a los que Estados Unidos impondrá los aranceles. Pero recién en unos días sabremos en qué posición estaremos porque la aplicación efectiva comienza a los 15 días de la decisión de Trump. Cuando estos temas se manejan de manera "personalista" son difíciles de comprender. Por ahí es más fácil entender qué hace Estados Unidos con México y Canadá porque es una discusión dentro del NAFTA.
– ¿Ustedes intervinieron en el reclamo del gobierno argentino?
No.
– ¿Qué debería pesar más a la hora de resolver esta cuestión entre Buenos Aires y Washington: lo político o lo económico?
Creo que el criterio que preponderaría será político ya que la Argentina no representa una amenaza de desbalance comercial para Estados Unidos. Es tan grande la brecha en ese aspecto entre ambos países que lo económico no debería ser un argumento para Washington a la hora de escuchar nuestro reclamo. Pero será un tema que el Gobierno deberá ir clarificando en los próximos días.
– ¿Cómo se imagina los próximos 15 días?
Midiendo la temperatura todo el tiempo y ver donde quedamos parado. Si hablamos de una discusión para saber qué países quedan excluidos y cuáles no, las próximas semanas consistirán en ver a día a día qué economía es considerada amiga y cuál una amenaza comercial para Estados Unidos. Tenemos una cantidad de clientes con quienes hemos acordado contratos de mediano plazo y operaciones cerradas por un tiempo largo. Se tratan de clientes constantes. El mercado de Estados Unidos para Aluar se incrementó mucho en los últimos años.
– ¿Qué estimación hacen del daño?
Todavía no se puede medir. No hasta saber cómo quedan parados cada uno de los agentes. Dependerá no solo de cómo la Argentina es tratada sino también los restantes países frente al mercado de Estados Unidos.
– ¿Qué significa el mercado de Estados Unidos para Aluar?
En 2017 exportamos unos US$ 500 millones a Estados Unidos. Representa el 60% de nuestras exportaciones y un 45% de la exportación.
– ¿Aluar ya había llevado a cabo una presentación en Estados Unidos contra esta amenaza?
En su momento hicimos una presentación bajo la administración Trump. Pero el tema viene de antes. Con Obama hubo una intención de establecer gravámenes a varios productos, entre ellos, el aluminio y había sido impulsada por los sindicatos. Obama la desestimó. Trump volvió a la carga aunque esto se trata de un fenómeno más general.
– ¿Qué lectura hace de la medida de Trump más allá de su implicancia para el aluminio y el acero?
Es un hecho histórico. El país del libremercado y la mano de invisible te sorprende con este tipo de políticas. Trump marcó una vuelta de página muy significativa.
– Hay un mundo donde se ven actitudes comerciales más defensivas y con un crédito internacional que se encarecerá, ¿percibe que el Gobierno tomando nota de estos cambios?
Yo creo que esto de Trump hay que darle la importancia que merece, no se puede ignorar. Esto es lo mismo que una sequía pero a otra escala. Y en un caso te lo manda Dios y en otro Trump. Ningún hecho es neutro en el análisis ni político ni económico y decisiones de esta envergadura en materia internacional deben ser puestas en la mesas con analistas y estimar sus consecuencias. Merecen una reflexión importante del Gobierno, de los analistas y los empresarios. Aluar por sí sola no tiene las herramientas, la fuerza y las razones para discutir con Washington para que la Argentina no sea considerada una amenaza comercial.
– ¿Qué consecuencias cree usted tendrá en la estrategia argentina de acercarse más al mundo?
Hasta hace poco tiempo para la Argentina el G20 y la OMC eran un faro en la oscuridad. Y hacia ahí íbamos. Acá el hecho político es que Estados Unidos tiró un torpedo a la línea de flotación de la OMC.
– Pero la medida de Trump no viola las reglas de la OMC…
En cuanto que no lo viola las reglas de la OMC la respuesta la debería dar un experto. Pero aunque no la viole sí le pega dos cachetazos muy fuertes a la OMC. Estamos hablando del país donde el libremercado fue fundado y la filosofía de la sociedad moderna creció. En mi opinión cuando ocurren este tipo de eventos, para un país como la Argentina, alguna bala te va a pegar, directa o indirectamente.
Fuente: Clarín