Según el último informe de opinión pública de la consultora Aresco, están sonando todas las alarmas en el tablero de control de la administración Macri a causa de la caida de las expectativas económicas. Los principales resultados del sondeo a nivel nacional, cerrado en los primeros días de la semana pasada –cuando recién comenzaba la pulseada del Banco Central por el dólar– son los siguientes:
— La gestión Macri todavía conserva un 39,9% de evaluación positiva, frente a un 56,7% de negativa.
— Sólo el 22,4% evalúa positivamente la situación económico del país –un piso similar al de febrero de 2017– mientras que un 75% dice que es negativa. En octubre último, en el mes de la elección, el 34% decía que situación era positiva y umn 61,7% manifestaba que era negativa.
— Además, solo el 29% dice que está igual o mejor de lo que estaba antes de la asunción de Macri, cuando ese porcentaje superaba el 40% en octubre pasado.
— Sin embargo, lo más procupante es la caida de las expectativas de que las cosas mejorarán en los próximos 12 meses: hoy solo un 32% de los encuestados consideran que las cosas mejorarán, cuando ese porcentaje en otros momentos llegó a superar el 50%.
— Evidentemente, el raid de aumento de tarifas, una vez concluida la elección de octubre, en los últimos 5 meses, ha sido un factor clave en el cambio del humor social. Cuando se le pregunta a los encuestados qué aumentos de precios le están generando un mayor problema en su economía personal, el 48% responde los aumentos de tarifas; el 25% la suba de alimentos; y el 13% los ajustes en los gastos del hogares (alquileres, expensas e impuestos).
El Gobierno apuesta todo a que a partir de mayo, cuando vayan quedando atrás los principales aumentos tarifarios, empiece a notarse una fuerte desaceleración de la inflación. Éste último dato explica por qué el Banco Central intenta evitar, por estos días, una suba demasiado grande del dólar. Hasta ahora, el ajuste de tarifas y la remarcación en alimentos durante el verano –como consecuencia de la el alza del dólar de 17% entre diciembre y febrero– impulsaron la inflación que más golpeó al bolsillo. La amenaza en mayo es que otra disparada del dólar vuelva a motorizar otra ronda de remarcaciones en alimentos, entre otros rubros.