Nicolás Dujovne trasmitió a la mesa chica del Gobierno que el acuerdo “debe cerrar sí o sí antes de los próximos 15 días”. En el esquema oficial, el BCRA seguirá enviando la señal de que ofrece U$S 5.000 millones a 25 pesos como una forma de apuntalar ahí el dique. El agua está cada vez más cerca –ayer el mayorista cerró a $ 24,96–, por ahora contenida con ventas masivas del Banco Nación de los dólares remanentes de la última colocación de BOTES de Caputo. La idea es que el Banco Central venda la menor cantidad de dólares posibles al valor límite, y para eso necesitan cuanto antes el anuncio del acuerdo con el Fondo Monetario. Dujovne piensa que a partir de esa señal, la tasa de interés (hoy clavada en 40%) descendería gradualmente. Y, a partir de entonces, el dólar podría deslizarse suavemente acompañando la inflación hasta fin de año. Se terminó, según se habló en la mesa chica, la etapa de frenar la inflación con el ancla cambiaria. Están convencidos que no se debe volver al atraso cambiario. Pero además saben que el FMI no desembolsará fondos para defender un dólar barato. El tipo de cambio es la válvula de escape que garantiza que los dólares que ingresen desde Washington no se vayan por la otra ventanilla para el atesoramiento en el colchón y los viajes a Miami.
¿Lograrán imponer el plan de estabilizar el dólar en 25 pesos algunas semanas para luego deslizarlo suavemente con la inflación? ¿Será suficiente el anuncio con Fondo para empezar a bajar la tasa de interés?
“Ahora, todos critican el anuncio del 28 de diciembre. Pero eso estuvo perfecto. El pecado original fue fijar metas de inflación incumplibles, y pensar que con la tasa alta y el atraso del dólar nos podíamos acercar. Si el 28 de diciembre fue el germen de la desconfianza, como dicen, ¿por qué una semana después colocamos U$S 9000 millones en el mercado, y nos ofrecieron U$S 30.000 millones?”, dice un integrante de la mesa chica. “El problema vino después, cuando el Banco Central planchó 2 meses el dólar, vendiendo reservas, porque tenía que cumplir con las metas”, agrega. Asegura que esa no fue un orden política de la Rosada, sino una decisión (equivocada) del Banco Central.