Según el INDEC, la inflación de julio se ubicó en el 1,9%, respecto a junio. Por debajo del 2,4% proyectado por las consultoras que participan del REM (Relevamiento de Expectativas del Mercado) del Banco Central. La inflación acumulada de los primeros 7 meses de 2020 fue de 15,8%, el registro más bajo desde 2017.
En julio el derrumbe de la actividad económica por la pandemia y las medidas de aislamiento obligatorio (que se reforzaron en el AMBA), el dólar oficial con micro-depreciaciones, las tarifas congeladas (incluidos combustibles) y el congelamiento de la “puja distributiva”, desaceleraron la inflación respecto al mes de junio.
La inflación paso de 2,2% en junio a 1,9% el mes pasado. Sin embargo, la inflación núcleo (que no incluye a precios regulados ni estacionales) subió 2,5% en julio respecto a junio. Y viene acelerando ya que en mayo fue 1,6% y en junio cerró en 2,3% mensual. En los primeros 7 meses del año acumuló un 17,3%.
En tanto, la inflación interanual acumuló 42,4% .Es decir, 11,6 puntos porcentuales menos que 12 meses atrás .
Los rubros que más subieron en julio fueron: “Equipamiento y mantenimiento del hogar” (3,9%); Recreación y cultura” (3,3%) ; “Prendas de vestir y calzado” (3,3%); “Bienes y servicios varios” (2,3%) y “Salud” (2,2%).
En tanto, la “inflación de alimentos” en julio fue de 1,3% (0,6 puntos por debajo de la inflación general), respecto de junio. En el acumulado de los primeros 7 meses de 2020, la inflación de alimentos fue de 18,7%. Mientras que la inflación general fue de 15,8%.
Unos de los factores que le permitió al Gobierno mantener a la inflación bajo control fueron los precios regulados (que incluye tarifas de las empresas de servicios públicos). Vale señalar que las tarifas de servicios públicos vienen “congeladas” desde abril del 2019, iniciada la campaña electoral de Macri. Alberto Fernández prorrogó el congelamiento desde el inicio de su mandato .
Por ello, el índice de precios regulados comenzó a mostrar una variación divergente respecto al índice general del IPC-Indec. Mientras los precios regulados suben a un ritmo de 23,6% interanual, el IPC general crece al 42,4% interanual en julio.
Asimismo, se observó que en julio la inflación en el interior del país fue mayor a la registrada en Ciudad y Gran Buenos Aires. Los registros del INDEC reflejan una aumento de 1,6% mensual en GBA. Mientras que en el resto de las regiones (Pampeana,Noreste, Noroeste, Cuyo y Patagonia) la inflación se ubico por encima del 2% mensual, destacando a la Región Patagonía que tuvo una inflación de 2,7% mensual.
Las proyecciones de inflación para agosto son de 3% mensual -según el REM de mercado del BCRA-. Sin embargo, las consultoras privadas que relevan la inflación (con precios online) observan una marcada aceleración de precios en la primeras 2 semanas de agosto. Por lo que podría superar el 3% mensual en agosto.
En tanto, en septiembre se espera una aceleración a 3,5% mensual, octubre a 3,8% y noviembre y diciembre de 2020 en 4% mensual.
Más allá de los números precisos, que son a esta altura imposibles de proyectar, es evidente que se espera para los próximos meses una aceleración inflacionaria. La clave pasará por la reacción del BCRA ante una suba de precios de 3% mensual. Si intenta o no anclar las expectativas con un dólar “más planchado” arriesgando a volver a atrasar al tipo de cambio y tener un mayor drenaje de reservas internacionales.
También será interesante ver como utilizará la tasa de interés. Si eleva o no la tasa de interés (desde la cuarentena fija el piso de tasa de interés obligatorio que deben pagar los bancos a los depositantes) para los ahorristas en pesos para evitar una dolarización que alimente las brechas cambiarias entre el dólar oficial y los “dólares alternativos”.
Sin dudas, en la última parte del año el BCRA tendrá que continuar asistiendo al Tesoro nacional para cubrir el déficit fiscal.Y simultáneamente deberá seguir “absorbiendo” excedente de pesos via Leliqs (Letras de Liquidez del BCRA) para evitar un “fogonazo” inflacionario que agrave la crisis económica.