Los anuncios del “super cepo” el 15/09 y el paquete de medidas del 01/10 no frenaron las expectativas de devaluación. El Gobierno cuenta cada vez con menos margen de acción para revertir la dinámica de la crisis.
Ya no hay lugar para medidas “tibias” o “nuevos parches”. El equipo económico debería ser audaz y tomar medidas que causen el “efecto sorpresa” para lograr quebrar las expectativas de devaluación.
Si el Gobierno optara por continuar con “más de lo mismo”, aumentaría la probabilidad de un ajuste “por las malas” con una devaluación desordenada y su consecuente “fogonazo” inflacionario será muy importante y desequilibrante en medio de una profunda crisis económica y social.
El tablero de control de la crisis emite cada vez más señales de alarma.
La brecha cambiaria (entre el dólar oficial mayorista y el dólar “blue”) se disparó hasta un récord de 116%. El viernes pasado el dólar “blue” cerró en $167. Y los “dólares alternativos” también subieron fuertemente. El “contado con liquidación” alcanzó los $154,9 y acumula una suba de 108,2% en lo que va del año. El “dólar bolsa” cerró en $143,3, subió 98% desde el incio del 2020.
El riesgo país que rondaba los 1.120 puntos básicos antes del anuncio del super-cepo (15/09), el viernes pasado cerró en 1.343 puntos básicos. Es un caso paradójico, ya que una vez que cerró el acuerdo con acreedores privados los precios de los bonos no dejan de caer, siendo que no hay posibilidad de que la Argentina entre en un nuevo default, por lo menos, por los próximos 4 años.
Además, el BCRA acumula ventas de dólares en el mercado de cambios por u$s 1040 millones entre el 14/9 y 06/10. Un ritmo de ventas de u$S 66 millones diarios para evitar una suba mayor del tipo de cambio oficial.
En lo que va de octubre, con el “super-cepo” y tras los últimos anuncios del ministro de Economía, Martín Guzmán, el Central vendió u$s403 millones (hasta el día 6, último dato oficial). A razón de u$S 101 millones diarios.
Vale señalar, que las reservas netas del BCRA (sin incluir Swap de monedas con China, encajes bancarios, depósitos del Gobierno y préstamos con organismo internacionales) son apenas u$S 5.614 millones (al 9/10, último dato oficial). Incluido en ese monto casi U$S 4.000 millones en oro.
En pocas palabras, el poder de fuego disponible del BCRA es muy escaso.
Según los últimos números del BCRA, los depósitos en dólares del sector privado cerraron en 15.698 millones de dólares (al 07/10 – último dato disponible). Acumularon una caída de u$S 1.716 millones entre el 14/09 y el 07/10.
El stock de depósitos en dólares pasó de u$s17.414 a u$S 15.698 millones. El promedio de retiros, entre 14/09 y 7/10, fue de u$s 93 millones diarios.
Igualmente debemos señalar, que entre encajes en el Banco Central (los dólares de los depositantes “guardados” para responder a corridas), que totalizan u$s 12.072 millones, y los “dólares disponibles” las entidades financieras, unos u$s 2.143 millones (último dato disponible 6/10), hay en total U$S 14.215 millones de respaldo en el sistema financiero. En teoría, los bancos podrían tener una corrida del 90% adicional de los depósitos que quedan en los bancos (U$S 15.698 millones) y aún así habría dólares suficientes para devolverlos a cada uno de los ahorristas.
Entre las medidas que se evalúan para los próximos días desde el BCRA, se menciona un acuerdo con los bancos que facilite el acceso de personas físicas al “dólar bolsa”. Así, quienes tienen depósitos en caja de ahorro en dólares podrían venderlos contra pesos a un tipo de cambio implícito de 143 pesos. Y no de 80 pesos como ofrecen los bancos para el dólar minorista.
Sin embargo, esta operatoria de “dólar bolsa” es muy sofisticada para la gran mayoría de los ahorristas en Argentina. Solo hay cerca de 400.000 cuentas comitentes o custodia en el país, las cuales son necesarias para poder llevar acabo la compra de bonos en dólares con dólares y vender inmediatamente ese mismo título contra pesos. Por lo cual, si no se masifica esta operatoria con los bancos no tendría un impacto significativo. Además, sólo se puede acceder con dólares en blanco dentro del sistema financiero.
Este tipo de medidas que trascendieron extraoficialmente se ven insuficientes y parecen “más de lo mismo”, para solucionar los problemas económicos que enfrenta el Gobierno.
Lo mismo ocurre con la alternativa de de adoptar un régimen de tipo de cambio desdoblado: un dólar libre financiero para compra/venta para atesoramiento, turismo y parte del pago de vencimientos de deuda las empresas y un dólar controlado para el comercio exterior (importaciones y exportaciones). Más allá de que pueda ser conveniente reabrir una ventanilla en la que puedan venderse dólares en blanco a un tipo de cambio libre para alentar la oferta de dólares a valores arriba de los 150 pesos, el problema actual no se resuelve sólo con medidas técnicas. Sin confianza, cualquier medida técnica fracasa con el riesgo de impulsar una aceleración inflacionaria.
Lo que falta en las medidas del Gobierno es un mensaje claro para resolver el problema de fondo: la enorme desconfianza generada en los últimos meses, cómo se irá reduciendo el megadéficit fiscal causado por la pandemia y financiado con emisión monetaria.
Alberto Fernández dijo que un programa con el FMI ayudará a ordenar el mercado cambiario. Es fundamentalmente que se acelere la negociación con el FMI y se acuerde un programa con un sendero de convergencia fiscal y de reducción de la emisión monetaria en una economía en la que sobran muchos pesos y faltan cada vez más dólares.
De lo contrario, si el Gobierno no marca un rumbo económico para los próximos 3 años con un plan económico integral (fiscal y monetario), el ajuste cambiario será mayor e inevitable, con el consecuente impulso inflacionario.