Según el INDEC, en septiembre se acumuló un superávit comercial de solo u$s 584 millones. El saldo comercial cayó un 66% respecto al mismo mes de 2019. La “brecha cambiaria” comenzó a impactar en los números del comercio exterior (INDEC). Las exportaciones bajaron 18% y las importaciones subieron 3,1% (ambos en términos interanuales). En los primeros 9 meses del año se acumula un superávit de u$S 11.562 millones.
Según el INDEC, las importaciones marcaron la primera suba interanual desde julio de 2018. Pero no fue producto de un rebote de la actividad económica. El impulso vino de la mano de la “brecha cambiaria” que incentiva a adelantar el consumo de bienes del exterior ante la expectativa creciente de una devaluación o mayores controles cambiarios y al comercio exterior.
Lo contrario ocurre con las exportaciones. La disparada en las expectativas de devaluación frena las ventas al exterior, ya que los exportadores perciben que son muy pocos los pesos que reciben a cambio de sus productos (78 pesos por dólar menos las retenciones vs. 170 pesos que cotiza el “contado con liquidación”).
Dentro de las exportaciones, en septiembre todos los rubros cayeron respecto del mismo mes del año pasado. Los “productos primarios” se desplomaron 29,8%, las “manufacturas de origen agropecuario” disminuyeron un 5%, las “manufacturas de origen industrial” se derrumbaron 19,4% y “combustibles y energía” cayeron 35,1%, todos respecto de septiembre de 2019.
Mientras que los rubros de importaciones que registraron subas fueron: “Bienes de capital” (9,4%), “Bienes intermedios” (12,6%), “Bienes de consumo” (10,9%), “Vehículos automotores de pasajeros” (11,4%) y “Resto” (109,5%). Los rubros de importaciones que reflejaron caídas fueron: “Piezas y accesorios para bienes de capital” (-13,2%), y “Combustibles y lubricantes” (-30,2%), siempre comparando con igual mes del año pasado.
En lo que va de 2020, el superávit comercial acumula U$S 11.562 millones. El país le vendió al resto del mundo por U$S 41.940 millones y realizó compras por U$S 30.378 millones.
Las exportaciones en los primeros meses 8 del año amortiguaron el impacto de la pandemia y cayeron a una tasa de 11,9% interanual respecto del mismo período de 2019. Pero en septiembre profundizaron la caída a 18% (interanual). Mientras que las importaciones en los primeros 8 meses acumulan un derrumbe de 21%, comparando contra mismo período del año pasado. Pero como se dijo en septiembre mostraron un inédito repunte.
En los años de crisis económicas (locales e internacionales), Argentina acumuló siempre los mayores superávit comerciales. En el año 2002 , tras la mega-devaluación del estallido de la Convertibilidad, el superávit comercial llegó a U$S 16.600 millones. En 2009, con el impacto de la crisis internacional, el superávit comercial ascendió a U$S 16.885 millones. En 2019 tras la crisis cambiaria iniciada en 2018, el saldo comercial alcanzó U$S 15.990 millones.
En 2020, si continúa la tendencia tendencia de septiembre rondaría los U$S 14.500 millones, menor al previsto previamente.
A pesar de la fuerte generación de dólares vía balanza comercial y al “super cepo” el Central no logra comprar los dólares del superávit comercial. Al contrario, en lo que va del año, en términos netos, ya vendió u$S 4012 millones en el mercado de cambios (hasta el 16/10) para contener al dólar oficial.
Pero además la brecha ya está golpeando al único punto fuerte de la economía: el superávit comercial. Así la brecha cambiaria paso de desequilibrar balance cambiario a desequilibrar el balance comercial. Pasó de generar retención de la liquidación de divisas a “retención” de ventas al exterior y la aceleración de compras.
Por el lado de las importaciones, la brecha cambiaria no sólo genera un adelanto de los pagos de importaciones, como se notaba hasta agosto, sino que ya están generando un aumento en el volumen de importaciones.
En resumen, la brecha cambiaria no solo dificulta la tarea del BCRA para comprar los dólares producto del superávit comercial para robustecer las reservas internacionales. Está distorsionando a tal punto el mercado cambiario que genera efectos directos en la dinámica del comercio exterior (caen las exportaciones y se disparan las importaciones).
Por ello, urge la necesidad que el Gobierno presente un plan económico integral para lograr ir reduciendo las expectativas de devaluación. De lo contrario, la escasez de dólares se irá agravando y el BCRA tendrá menos chances fortalecer sus reservas, retroalimentando un circulo vicioso que disparan más las expectativas de devaluación y los “dolares alternativos”.