Últimos datos de actividad y cuánto falta para, en un escenario optimista, salir de la recesión

Según el Estimador Mensual de la Actividad (EMAE) del INDEC, la actividad económica subió un 1,9% en octubre, respecto del mes de septiembre. Desaceleró la recuperación económica respecto al ritmo de septiembre que registró una suba 2,1% mensual. En los primeros 10 meses del año se acumuló una contracción de 11,3%, en relación a igual período del año pasado.

El Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) de octubre reflejó una baja interanual de 7,4%, respecto del mismo mes de 2019. El rebote económico perdió velocidad respecto al mes previo (-1,9% en octubre vs -2,1% en septiembre). El dato de octubre no luce tan negativo si se considera que tuvo el efecto de la disparada de la “brecha cambiaria” a 150% y el “dólar blue” alcanzó $195. Muchas decisiones económicas se paralizaron ante ese contexto de gran incertidumbre cambiaria y por la pérdida de referencias de precios.

El indicador desestacionalizado del EMAE mostró un incremento de 1,9% en octubre de 2020, respecto al mes anterior. En septiembre esa variación mensual había sido de 2,1% (respecto a agosto). Vale señalar, que en abril – mes más duro de la cuarentena- la actividad económica cayó 16,8%, respecto a marzo.

Con el dato del EMAE de octubre pasado la actividad económica (en la serie desestacionalizada) quedó 5% por debajo de los niveles pre-pandemia de febrero de 2020.

De los 15 sectores relevados por el Indec, sólo uno tuvo variaciones positivas en la comparación entre octubre de 2020 y el mismo mes del año pasado: “Intermediación Financiera”, que subió 9,4%, respecto a mismo mes de 2020.

Las mayores caídas del mes de octubre se dieron en “Hoteles y restaurantes” (-54,5%);  “Otras actividades de servicios comunitarios, sociales y personales” (-26,7%), “Pesca” (-25,8%);  y “Transporte y Comunicaciones” (-20,3%) y “Construcción” (-13,3%), todos en términos interanuales.

Los números del EMAE-INDEC en los meses de mayo y junio, mostraban la posibilidad de una recuperación respecto del fondo del pozo de la cuarentena, tocado en abril, que parecía ser en forma de “V”. Sin embargo, los datos a partir de julio muestran una recuperación más lenta.

Es más facil revertir la situación económica del lado de la oferta: las empresas cerraron con la cuarenta estricta y con la reapertura económica ese efecto se revirtió. Sin embargo, las mayores dificultades se presentan ahora del lado de la demanda.  Los ingresos de los trabajadores se vieron deteriorados por el aumento del desempleo, el “congelamiento” y recorte nominal de salarios del sector privado y el efecto de la inflación sobre el “bolsillo” de los trabajadores. A lo que se sumará la falta de asistencia desde el Estado (sin ATP) desde diciembre. Por eso ahora volver a los niveles de consumo de la pre-pandemia, que ya estaban deprimidos tras dos años de recesión, se vuelve más difícil.

Para tener una magnitud del deterioro económico, el nivel de actividad económica de octubre pasado es similar al de marzo de 2010. Es decir, la economía se “achico” tanto que sufrió un retroceso de 10 años en poco más de 7 meses de pandemia y cuarentena.

Como se ve en el gráfico que encabeza este informe, que compara la recesión actual con la recesiones de 2002 y 2009, todavía queda un largo camino por recorrer para, en el escenario más optimista, alcanzar los niveles de actividad pre-pandemia y luego recuperar el nivel previo a la recesión iniciada en abril de 2018.

Si la economía continua recuperándose al ritmo del últimos trimestre (1,8% promedio mensual), en enero 2021 se podría alcanzaría el nivel pre-pandemia (febrero de 2020). Mientras que en mayo 2021 se alcanzaría el nivel de actividad previo a la recesión que se inició en abril de 2018.

Si el ritmo de recuperación fuera más lento (en línea con lo que ocurrió en agosto de 2020), entonces las fechas serían recién febrero 2021 y julio 2021, respectivamente.

Todo ello suponiendo que Argentina evitara en los próximos meses un nuevo salto devaluatorio del tipo de cambio oficial que impulsaría fuertemente la inflación, provocaría un nuevo derrumbe del consumo y postergaría todavía más la recuperación. Y tampoco se considera que una “segunda ola” de covid-19 obligue al Gobierno a retomar las medidas de aislamiento.

Según las proyecciones del Relevamiento de Expectativas de Mercado de noviembre, elaborado por el BCRA sobre las respuestas de consultoras y bancos privados, en 2020, Argentina sufrirá una contracción del 10,9% del Producto Bruto Interno (PBI). Es una caída similar a la peor caída económica en la historia del año 2002, tras el estallido de la convertibilidad.