Durante la transición hacia un programa de estabilización, previsto para su lanzamiento a mediados de año, el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, han establecido cuatro pilares fundamentales del esquema económico. En primer lugar, se encuentra el anclaje fiscal (regla de déficit financiero cero) y monetario (emisión cero del BCRA). Esto contribuye a mantener bajo control la “brecha cambiaria” y a moderar las expectativas de devaluación e inflación. En segundo lugar, se encuentra el ajuste de los precios relativos, que incluye la corrección del valor del dólar oficial y el reajuste de las tarifas de servicios públicos (electricidad, gas, transporte) y de servicios privados como salud y comunicaciones, así como de los combustibles. Los dos últimos puntos se centran en el “saneamiento” del balance del BCRA. Esto implica acumulación de reservas internacionales, la reducción de los pasivos remunerados del BCRA (Pases) – incluyendo la resolución del problema de la deuda de los importadores. Es interesante observar el grado de avance en cada uno de estos puntos.
El plan económico de transición propuesto por Milei se fundamenta en cuatro pilares principales: 1) un ajuste fiscal y monetario, 2) el reajuste de los precios relativos, 3) la acumulación de reservas y 4) la reducción de pasivos remunerados (“saneamiento del balance del BCRA”) . Una vez establecido este esquema, se planea lanzar un programa de estabilización. La pregunta clave es si este cambio incluirá un cambio de régimen monetario y cambiario. Se contempla la posibilidad de una dolarización, una convertibilidad o la adopción de un esquema de flotación cambiaria.
Veamos punto por punto y el grado de avance en cada uno.
AJUSTE FISCAL
En el mes de enero se registró un superávit financiero de $0,5 billones (0,13% del PBI) , resultado de un superávit primario de $2 billones (0,5% del PBI) y del pago de intereses de la deuda.
El número va en la dirección de lo que Milei afirmaba en la campaña. El déficit financiero cero es la regla fiscal. El punto que genera ciertas dudas es si es sostenible el ajuste en los próximos meses. Básicamente, los números fiscales están explicados por licuación (especialmente en jubilaciones que cayeron más de 30% en términos reales), en impuestos transitorios (Impuesto País) y por el incremento de los derechos de exportación (post – devaluación).
La explicación del ajuste fiscal de enero muestra que cada 100 pesos que “se ajustaron” hay 33 pesos que se ajustaron del rubro “jubilaciones y pensiones”, 14 pesos se recortaron de subsidios económicos, 12 pesos de “obra pública” y 11 pesos de salarios públicos.
En resumen, existe una decisión de ir a déficit financiero cero por parte del ejecutivo y el ministro Caputo. Sin embargo, crecen las dudas ante un proceso de desinflación en los próximos meses se podría “frenar” la licuación y ahí deberían recortarse partidas (volver al “plan motosierra”) para cumplir con la meta fiscal.
EMISIÓN MONETARIA CERO
La base monetaria en el arranque de diciembre era de $10,1 billones. Actualmente se ubica en $10,5 billones. Está cayendo en términos reales cayendo 31% en términos reales.
La emisión directa al Tesoro Nacional (adelantos transitorios) está en cero. Y los pasivos remunerados (sin contar Bopreal y Lediv) pasaron de $22,7 a $29 billones billones, reflejando una caída de 15% en términos reales.
Sin embargo, el BCRA sigue con la “emisión indirecta” vía compra de dólares ($ 5,2 billones), por los intereses de un stock de pasivos remunerados ($ 5,4 billones) y por la cancelación del Lediv y “el put” del BCRA para sostener la paridad de los bonos en pesos(+ $1,5 billones).
AJUSTE DE PRECIOS RELATIVOS
El plan de Milei tuvo un shock inicial en el precio del dólar oficial, el cual aumentó un 118% en diciembre, y también se observó un ajuste significativo en los precios de los combustibles. Actualmente, el valor del dólar oficial ha ido perdiendo terreno debido al impacto inflacionario, ya que equivale a un dólar de $560 (a los precios del 13/12/23).
En los próximos meses, habrá aumentos de tarifas de servicios públicos muy importantes (luz , gas, agua y transporte). Durante los últimos 4 años, los precios regulados “corrieron” muy por detrás de la inflación general. Es crucial que, antes de implementar un plan de estabilización, los precios “rezagados” (principalmente en servicios) se alineen con la inflación .Y que aquellos precios que estaban “adelantados” no continúen aumentando al mismo ritmo que la inflación general.
Entre diciembre de 2019 y enero de 2024, los precios de los servicios se multiplicaron por 10,4 y los precios de los bienes por 17,3. La pregunta es si al corregir los servicios ( precios regulados) en los próximos meses como reaccionaran el precio de los bienes .Especialmente , hay que seguir esta dinámica en febrero, marzo y abril que se concentran el “grueso” de los tarifazos.
En síntesis, en la corrección de los precios relativos falta un mayor avance y es vital para confirmar si hay un proceso de desinflación en marcha, como impactan los precios regulados en la inflación general.
ACUMULACIÓN DE RESERVAS Y DEUDA DE IMPORTADORES
La acumulación de reservas es prioritaria para el equipo económico. Desde el 10 de diciembre de 2023 hasta el 20 de febrero de 2024, el BCRA ha adquirido unos U$S 8.000 millones, lo que ha llevado a un incremento en las reservas netas de -11.500 millones a -5.500 millones de dólares. Sin embargo, hay que tener en cuenta que aun el acceso a los dólares comerciales no está liberado. Para en enero se permitió el 25% de los pagos de importaciones, en febrero el 50%, se espera el 75% en marzo y se prevé que en mayo se normalice por completo.
Además, se ha avanzado significativamente en uno de los principales requisitos para levantar el cepo cambiario, que es reducir el stock de deuda comercial de los importadores.
El ministro Caputo estableció una “ventanilla” para satisfacer esta demanda de dólares mediante la emisión del bono Bopreal. Hasta el momento, se han emitido aproximadamente 6.200 millones de dólares en Bopreales (la serie 1 fue de U$S 5.000 millones). Si se completara la serie 2 y se avanzara con la serie 3 en marzo, se limitaría considerablemente el riesgo de una corrida cambiaria tras la apertura del cepo.
En resumen, el ajuste fiscal y monetario está en marcha, y es muy probable que el Gobierno presente un superávit financiero en los primeros cuatro meses del año sin recurrir a la emisión directa del BCRA. Sin embargo, es importante destacar que este ajuste se basa más en la “licuación” que en recortes estructurales de gastos, y se apoya en ingresos impositivos obtenidos de impuestos transitorios como el impuesto País. En pocas palabras, tiene “patas cortas” y necesitará un debate en el Congreso Nacional sobre el capítulo fiscal. A pesar de que la inflación muestra signos de desaceleración y el Gobierno aspira a una tasa cercana al 10% en febrero, el efecto del aumento de tarifas será clave en los próximos meses.