Daniel Scioli sigue haciendo los deberes en busca de convertirse en el candidato del kirchnerismo en las elecciones presidenciales.
El gobernador bonaerense no deja pasar un día sin enviar señales de alineamiento.
Antes de reunirse con la cúpula de la UIA, Scioli volvió a repetir que Axel Kicillof es un funcionario imprescindible para un futuro gobierno.
El candidato oficialista que mejor mide en las encuestas se disgustó cuando el vicepresidente de la central fabril, Juan Carlos Sacco, afirmó que no ve diferencias entre él y Mauricio Macri.
Obsesionado por mostrarse fiel al manual del kirchnerismo, el gobernador salió a expresar sus “profundas” discrepancias con el líder del PRO.
Aseguró que no hace falta ningún ajuste en la economía y se manifestó a favor del gradualismo como vía de acción.
Scioli repitió ante los industriales el caset de la previsibilidad, la confianza y la gobernabilidad.
Sin embargo, su obediencia a Cristina y sus elogios a Kicillof despertaron críticas entre los empresarios y dudas en los mercados financieros.
Daniel sigue dependiendo de Axel para llegar con aire hasta los comicios más importantes de su vida.
El ministro de Economía demora la venia para que la provincia de Buenos Aires pueda emitir deuda como forma de financiarse.
En La Plata, esperan con ansiedad el aval de Kicillof para concretar la colocación de 750 millones de dólares en un bono a siete años.
Fortalecida por la multitud que la acompañó en la autocelebración del 25 de mayo, la Presidenta ya decidió condicionar a Scioli en todo lo que pueda.
No sólo le reclama cada vez más señales de fidelidad. Además, lo rodea con el kirchnerismo duro y le advierte que su sector seguirá gobernando después del 10 de diciembre.