Según un estudio de JP Morgan, que analizó en base al movimiento bancarios y de caja diaria (ingresos y egresos) de 570.000 pequeñas y medianas empresas estadounidenses, en Estados Unidos una PyME puede “resistir” en promedio como máximo 27 días sin facturación. El documento detalla que hay sectores que podrían “aguantar” más y otros menos tiempos con sus ingresos paralizados como consecuencia de la pandemia del Coronavirus (ver gráfico).
Por ejemplo, los restaurantes, según el informe, solo resistirían sin ingresos 16 días. Los comercios minoristas 19 días y la construcción 20 días. En el otro extremo, los servicios profesionales pueden estar 33 días sin ingresos y las inmobiliarias pueden estar hasta 47 días.
Estos números son para Estados Unidos que es un país desarrollado, con un nivel de “informalidad” mucho menor y un nivel de bancariación mucho más elevado que en Argentina. Allí las PyMEs tienen facilidad para acceder al crédito bancario (a tasas de interés muy bajas) o financiamiento vía mercado de capitales. Además de que cuentan con una presión impositiva menor que en Argentina y vienen de un período de crecimiento del PBI sostenido por casi 10 años con una tasa de desempleo hasta hace un mes inferior al 4%.
En Argentina, las PyMEs viven un contexto mucho más crítico y complejo, como resultado de la recesión acumulada en los últimos 2 años (caída del PBI de 4,1% en últimos 4 años), créditos a tasas de interés elevadísimas, una presión impositiva récord y una baja de casi 20 puntos en el salario real en los últimos 2 años.
Asimismo, los datos del BCRA muestran que ya la irregularidad del crédito privado de las empresas se ubicaba en niveles récord en enero pasado (7,8%, último dato disponible), cuando el coronavirus sólo aparecía como una amenaza lejana en los portales internacionales de noticias y no nadie imaginaba que el “aislamiento obligatorio” fuera aplicarse algún día en Argentina.
Ya ese ratio era el registro más alto de morosidad enero de 2007, cuando se inicia la serie de datos del BCRA. Para tener una referencia en el pico de la crisis internacional de 2008/09 (crisis de hipotecas subprime en EE.UU) ese ratio de créditos irregulares fue de solo 2,6%. Es decir que el mes previo al impacto de la crisis del Coronavirus, la mora en los créditos ya es más de 3 veces alto que durante la recesión de 2009.
Sin duda, la cantidad de días de “sobrevida” con facturación 0 por el aislamiento obligatorio de las pymes argentinas es muy inferior a lo que plantea el estudio de JP Morgan para Estados Unidos. Según los testeos que hicieron funcionarios con las cámaras del sector, no llegaría mas allá de “una quincena de sueldos”. Un plazo demasiado exiguo teniendo en cuenta que la cuarentena obligatoria duraría por lo menos hasta el 13 de abril.
En estos días para evitar un colapso de la actividad económica los esfuerzos del Gobierno apuntan a poder garantizar el pago de sueldos en los primeros días de abril y evitar el quiebre de empresas por cheques rechazados y corte en la cadena de pagos . Para esto último, el BCRA dispuso suspender penalidades por el descubierto de cheques sin fondos hasta el 30 de abril. Mientras trata de apurar la disponibilidad de créditos en el sistema financiero a las empresas a una tasa máxima del 24% anual hasta cubrir su nomina salarial.
Hasta el 25 de marzo pasado (último dato oficial disponible), el Banco Central había expandido sólo en marzo la base monetaria en 28,5% (67% interanual), una inyección de liquidez impresionante vía emisión monetaria para cancelar Leliqs a los bancos y, en menor medida, por asistencias al Tesoro.
Los bancos tienen ahora una gran disponibilidad de pesos. Pero en un contexto en el que gran parte de las empresas están paradas o tienen una incertidumbre total sobre su futuro, es difícil que esa liquidez llegue a tiempo para evitar un efecto domingo, con un quiebre mayor en la cadena de pagos.
Sólo los bancos oficiales (Provincia y Banco Nación) están ofreciendo por ahora líneas de crédito automáticas al 24% por el valor de la nómina salarial, ampliando por ese monto los descubiertos de cuenta corriente de sus clientes. Mientras que el Banco Nación habilitó, además, una línea de créditos para financiar el capital de trabajo de las MiPYMEs (Micro, pequeñas y medianas empresas), por el monto de hasta 1 mes de ventas, pero en ese caso la acreditación no es automática.
En los bancos privados dicen que no se puede hacer una ampliación automática y generalizada del descubierto en cuenta corriente para las empresas, ni por la nómina salarial, y mucho menos por un mes de facturación. Que tal operatoria requiere siempre garantías y una evaluación del área crédito, aunque los trámites pueden agiliarse on line o vía telefónica en la negociación uno por uno con los clientes.
En resumen, la economia y las PyMEs están en “modo supervivencia” y cuentan con un tiempo mucho más acota de lo que se se piensa para sobrevivir a la crisis del coronavirus. El primer paso para que no colpse en las próximas semanas la economía (con efecto domino de cierre de empresas y disparada del desempleo) es encontrar mecanismos para que las empresas puedan afrontar el pago de sueldos de, al menos, 6 millones de asalariados en blanco, mientras se mantiene un mínimo funcionamiento de la cadena de pagos para volver a producir cuando se termine la cuarentena. Es una carrera contrrreloj.