La estimación provisoria del producto interno bruto (PIB) del Indec para el tercer trimestre del año marcó una caida de 3,5% respecto a igual período del año anterior. Es el segundo trimestre consecutivo de caida (el segundo trimestre había dado -4%), por lo cual se considera técnicamente que la economía está en recesión. Con este último dato, ahora el PIB acumula en lo que va del año una baja del 1,4%, después de haber iniciado el 2018 con un crecimiento de 3,9% en el primer trimestre. Habrá que ver qué pasa con el cuarto trimestre, pero seguramente marcará una caida importante comparado con el cuarto trimestre de 2017, cuando la economía estaba en expasión, y lo mismo sucedería con el primer trimestre de 2019 (comparado con igual periodo de este año, que como se dijo marcó un fuerte crecimiento). En el Gobierno destacan que en el tercer trimestre la baja destacionalizada respecto al segundo trimestre fue de solo -0,7%, como una señal de que la recesión estaría tocando fondo. Pero todavía hay dudas respecto a la velocidad de la recuperación a partir del segundo trimestre de 2019, de la mano la nueva cosecha agrícola. En el tercer trimestre, la disminución del consumo privado –en las cuentas nacionales– fue de 4,5%, un ajuste importante como consecuencia del derrumbe del ingreso real de los hogares.
Sin embargo, el dato más preocupante que difundió el Indec es el derrumbe de la inversión. En el tercer trimestre cayó 11,2% respecto al mismo trimestre de 2017 y 8,1% en relación al segundo trimestre de este año. Peor aún, nadie apuesta a que vaya a recuperarse en el año electoral: de hecho, el propio FMI prevé una caida de 9,5% para 2019.
La famosa promesa de la "lluvia de inversiones" no volverá a estar presente en el discurso oficial durante la campaña electoral.