En los últimos meses, la economía argentina experimentó un “efecto riqueza” en dólares, impulsado por la recuperación de los ingresos (nominales) tras el shock inflacionario de finales de 2023 y comienzos de 2024, y una reducción en la brecha cambiaria a mínimos en el año. A este contexto, se sumó el dinamismo del crédito, que se incrementó a un ritmo de 4 billones de pesos mensuales desde julio. Bajo este escenario, se generó un aumento de la demanda por bienes durables y dolarizados, como automóviles, motos, inmuebles y viajes de argentinos al exterior. La pregunta es cuánto puede prolongarse este “efecto riqueza” típico de los ciclos de “dólar barato” en Argentina, que en el pasado siempre terminaron devaluaciones abruptas.
Los ajustes de precios relativos encarados en la primera etapa del gobierno de Milei (suba de dólar oficial y tarifas) generaron un “fogonazo” de la inflación muy fuerte entre diciembre y abril. Esto hizo que el salario e ingresos de las familias quedaran muy atrasados respecto a los precios internos. En los meses posteriores, hubo una recuperación de los salarios (especialmente en el sector privado en relación de dependencia) y la inflación comenzó a desacelerarse hasta el 2,7% mensual registrado en octubre pasado.
Entre noviembre de 2023 y agosto de 2024, el salario privado registrado en el SIPA (Sistema Integrado de Previsional Argentino) al mes de agosto cayó un 2,1% en términos reales. Y si se toma el salario RIPTE (remuneración imponible promedio de los trabajadores estables) entre noviembre de 2023 y septiembre de 2024, perdió un 4,9% de poder adquisitivo.
La contracara de los salarios en pesos, que compran menos bienes y servicios que hace 12 meses, son los salarios medidos en dólares (al “dólar libre” o dólar MEP), que subieron muy rápidamente. Si tomamos la cotización de los dólares financieros actuales, es similar a la cotización que había posterior al balotaje de la elección presidencial de 2023. Mientras que la inflación interanual estará cerca de un 170% en noviembre, es decir los precios se multiplicaron por 2,7, los salarios se multiplicaron por 2,4. Así las cosas, mientras los salarios perdieron poder de compra en pesos, los salarios en dólares prácticamente se multiplicaron por 2,4. Pero los precios en dólares, medidos por el IPC, también subieron 2,7 veces. Por lo tanto, los salarios ganaron poder de compra en dólares para comprar bienes dolarizados –durables– que subieron menos que la inflación general –impactada también por el descongelamiento de servicios publicos y privados–, pero fundamentalmente para comprar bienes y servicios fuera de Argentina.
La combinación del dólar financiero “planchado” y la recuperación salarial de los últimos meses se combina con el aumento del crédito en pesos (personales, prendarios e hipotecarios), generando un incremento en la demanda de bienes durables y dolarizados.
Veamos la evolución de la demanda de bienes durables e inmuebles en los últimos meses.
Autos y motos
Los datos del mercado automotor muestran cómo el “efecto riqueza” en dólares ha impactado positivamente en las ventas de vehículos en concesionarias. Según ADEFA (Asociación de Fábricas de Automotores), en los últimos cuatro meses (julio a octubre de 2024), se evidencia un cambio de tendencia en las ventas de automóviles, marcando un repunte respecto al mismo período de 2023. Tras una primera mitad del año caracterizada por caídas muy importantes (alcanzando bajas de 33,6% en abril de 2024), los meses de julio y agosto mostraron aumentos interanuales del 6,8% y 27,7%, respectivamente. Mientras que septiembre y octubre continuaron con incrementos del 2,8% y 7,0%. Este cambio se debe a las mejoras en las condiciones de financiamiento, mejora en las expectativas cambiarias, la recomposición de los salarios y el blanqueo de capitales.
El mercado de motos, por su parte, ha mostrado un crecimiento sostenido como alternativa de transporte económico y accesible. Durante 2024, se han registrado aumentos significativos en las ventas, especialmente en segmentos de baja y media cilindrada. En octubre, se patentaron 45.600 motos nuevas, un aumento mensual del 12,3% y un crecimiento interanual del 5,9%.
Créditos hipotecarios UVA
Después de la crisis post-PASO 2019, el programa de créditos hipotecarios UVA alcanzó un mínimo de operaciones, y en la pandemia prácticamente se frenó. Luego se mantuvo con una operatoria mínima. Esta tendencia se revirtió desde julio de 2024 (con un nivel de nuevos créditos hipotecarios por U$S 15 millones de dólares en el mes). El mes pasado, la dinámica se aceleró y el volumen de créditos alcanzó U$S 171 millones. Las perspectivas es que la demanda de créditos hipotecarios continue en aumento.
En sintonía con este dato, la cantidad de actos de escrituras e hipotecas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) muestra el dinamismo del sector inmobiliario. En septiembre de 2024 (último dato oficial), la cantidad total de escrituras de compraventa de inmuebles alcanzó los 5.157 registros, lo que representa un incremento del 30,4% en comparación con el mismo mes de 2023. Además, durante septiembre se formalizaron 705 escrituras con hipoteca, lo que implica un crecimiento del 317,2% interanual (respecto al mismo mes de 2023). Y un aumento acumulado en los primeros 9 meses del año del 74,3% (con un total de 1.970 escrituras hipotecarias registradas).
ICC – UTDT: EL HUMOR DE LOS CONSUMIDORES
El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) de la Universidad Torcuato Di Tella hizo un mínimo en enero de 2024 (35,6 puntos) y luego comenzó un repunte que hizo máximo en el dato de octubre pasado de 42,4. Por su parte, entre noviembre de 2023 y octubre de 2024, el subíndice de Bienes Durables e Inmuebles del ICC-UTDT experimentó una recuperación muy importante. Luego de haber tocado fondo en diciembre de 2023 (cuando alcanzó su punto más bajo con 17,73), comenzó una tendencia de crecimiento, alcanzando en octubre de 2024 los 28,15, lo que representa una mejora notable en la confianza respecto a la compra de bienes durables.
Consumo con tarjeta en el exterior
Pero el dato que mejor refleja el efecto del incremento del salario en dólares es la evolución del consumo con tarjeta de crédito en moneda extranjera, es decir, las compras de argentinos en el exterior. Si observamos la serie histórica de los últimos años, el consumo actual se va aproximando a los años 2017/18, cuando hubo un récord de balance deficitario por turismo y consumos en el exterior por más de 10.700 millones de dólares anuales.
Salario RIPTE y SIPA en dólares
Como vemos en el gráfico, los salarios medidos en dólares venían en un nivel muy bajo a fines de 2023. Una parte explicada por las paritarias que no ajustaban rápidamente al shock inflacionario y que corrían muy por detrás de la cotización de los dólares financieros, y por otro lado, porque la brecha cambiaria entre 150%/200% marcaba un nivel de “dólar de pánico”.
Así, en noviembre de 2023 el salario RIPTE en dólares era de 505 dólares mensuales y en septiembre pasado fue de 875 dólares, una suba del 73%. Mientras que el salario promedio -SIPA- era de 589 dólares en noviembre de 2023 y en agosto pasado subió a 962 dólares, un aumento del 63%.
Pese a este incremento muy fuerte de los salarios en dólares, aún están muy lejos de los niveles que vimos en los años 2017/2018, cuando el salario privado se ubicaba cerca de los 1.400 / 1.500 dólares mensuales.
En el corto plazo, se observa un efecto muy rápido en la demanda de bienes durables y dolarizados, impulsado por la mejora en los salarios en dólares y la expansión del crédito. Sin embargo, este comportamiento será insostenible a largo plazo si las reservas del Banco Central no continúan incrementándose. O si el BCRA deja de comprar dólares, bajo el actual esquema cambiario con un crawling de 2% que podría ir a un ritmo menor.
Desde junio pasado, la cuenta corriente del balance de pagos cambiario (es decir, cuántos dólares genera y cuántos dólares gasta la economía) es deficitario. Un mayor consumo de bienes dolarizados solo podrá mantenerse si desde la cuenta capital siguen ingresando dólares financieros al país, como ocurrió en los últimos tres meses gracias al blanqueo de capitales. Los “dólares del colchón” depositados en los bancos (más de U$S 20.000 millones) reactivaron el crédito en dólares de los bancos a los exportadores, y generaron un boom de emisión de deuda en dólares de empresas privadas a través de ON (Emisiones Negociables), que permitieron al Banco Central volver a comprar dólares para las reservas. Como siempre, para que el circuito de ingreso de capitales se mantenga la clave está en la confianza que genere el programa económico y en el fortaleza política del gobierno de cara a las próximas elecciones.