La inflación acelerando y por encima del 52% anual está generando una nueva “licuación” de salarios e ingresos jubilados, pensionados y beneficiarios de programas sociales. Los políticos, a partir de este contexto y ya apuntando al 2023, están impulsando a propuestas para frenar drásticamente el problema inflacionario. Así, cobra relevancia la discusión sobre la posibilidad de “dolarizar” la economía. ¿Es posible abandonar el peso? ¿Qué ventajas y desventajas tiene “dolarizar”?
Las ideas de dolarización de la economía argentina no son novedosas. Estuvieron cerca de concretarse en el año 1998, cuando Roque Fernández era ministro de Economía, bajo la presidencia de Menem, y la convertibilidad estaba bajo presión. Pero entonces no se logró avanzar, porque Estados Unidos no mostró interés de aportar los dólares necesarios. Hoy la disparada de la inflación vuelve a traer la discusión sobre dolarizar la economía. El diputado libertario Javier Milei propuso eliminar el BCRA y está a favor de “dolarizar” para terminar con la inflación. Asimismo, dentro de Juntos por el Cambio, en el espacio del partido Evolución (de Martín Lousteau), el diputado Alejandro Cacace presentó un proyecto de ley para dolarizar la economía. Veamos.
VENTAJAS Y DESVENTAJAS
VENTAJAS
- En teoría, la dolarización implicaría un freno rápido de la inflación.
- Se elimina el riesgo cambiario . No existe la posibilidad de devaluación. Es probable que se mejore el acceso al mercado de deuda ( baja el costo del financiamiento para el sector público y empresas)
- Hay menores costos de transacción.
DESVENTAJAS
- NO SE PUEDE DOLARIZAR SIN DÓLARES EN LAS RESERVAS DEL BCRA
Para dolarizar la economía se deben quitar los pesos en circulación entregando dólares a cambio.
El problema es que actualmente las reservas brutas del BCRA son U$S 43.000 millones. Sin embargo, las reservas netas del BCRA (descontando el swap Chino, encajes de depósitos en dólares, préstamos del FMI, préstamos de Banco de Basilea y DEG) son cercanas a cero. Es muy difícil que se pueda dolarizar sin dólares para canjear por los pesos que circulan en la economía, a un tipo de cambio que debería fijar el BCRA.
El sistema financiero argentino tiene depósitos del sector privado en los bancos (sumando cuentas corrientes, cajas de ahorro y depósitos a plazo fijo) por un total de 8,2 billones de pesos y otros 2,6 billones de pesos de billetes y monedas en cirulación
Es decir, aun tomando un supuesto que alguien prestara al país U$S 10.000 millones se podrían canjear a $820 por dóla, esto implicaría una maxi-devaluación previa a la vigencia del dólar como moneda de curso legal en el país, con una hiperinflación previa al evento dolarizador.
Si solo el Gobierno canjearía el total de la base monetaria – billetes y monedas más encajes bancarios – son $ 3,7 billones con esos U$S10.000 millones, en ese caso, se canjearían los pesos a un tipo de cambio de 370 pesos. Pero qué se haría en ese casos con los depósitos en el sistema financiero: ¿los ahorristas estarían dispuestos a aceptar en BONEX (bono en dólares), que inmediatamente valría un tercio o un quinto de su valor?
Claramente, para intentar dolarizar con tantos pesos en circulación y con nulas reservas. Sería necesario un shock inicial de devaluación y licuación de ingresos y ahorros fenomenal medidos en dólares, intolerable para cualquier gobierno democrático. Es imposible dolarizar sin reservas.
- SE PIERDEN 2 INSTRUMENTOS: POLITICA CAMBIARIA Y MONETARIA ANTE SHOCKS EXTERNOS
Política Cambiaria:
El tipo de cambio flotante permite amortiguar los shock externos (pandemia , guerra, etc). Por ejemplo, si hay una caída de los precios internacionales de las materias primas, un país que exporta commodities puede incrementar el tipo de cambio nominal (abarata exportaciones e incrementa importaciones) para los ajustes se den por el lado de los precios y no de las cantidades, reduciendo el impacto recesivo sobre la actividad y el desempleo. En el caso de la dolarización se pierde la política cambiaria.
Política Monetaria:
Los Gobiernos tienen 3 formas de financiar su gasto: cobrar impuestos, emitir deuda o emitir pesos. Con la “dolarización” está última opción no está disponible. Justamente, es lo que garantizaría la reducción de la inflación.
Cuando una economía crece, también crece la demanda de dinero (de pesos) por el mayor nivel de transacciones que se llevan a cabo. El Banco Central puede imprimir dinero (gírarlo al Tesoro Nacional) para satisfacer esa mayor demanda de moneda sin generar inflación. Con la dolarización se pierde esta posibilidad, salvo que se negocie con la Reserva Federal de EE.UU. el pago de ese “señoreaje”.
EL CICLO DE LA ECONOMIA DE EEUU, NO COINCIDE CON CICLO DE ARGENTINA.
Otra cuestión es que al dolarizar la economía queda atada los ciclos de la economía de EE.UU.. Cuando EE.UU. experimenta un “recalentamiento” de su economía con aceleración de la inflación, la Reserva Federal eleva la tasa de interés para moderar moderar la demanda de consumo e inversión y desacelerar la suba de precios. Eso suele provocar una salida de capitales de todo el resto del mundo (también de los países emergentes) hacia Estados Unidos, fortaleciendo el dólar y reduciendo el valor en dólares de las commodities. Ante ese escenario, con tipos de cambios flexibles deprecian sus monedas para compensar el menor ingreso de dólares comerciales. Pero bajo un esquema de dolarización, solo quedaría en ese caso, ante un menor ingreso de dólares, una recesion (caida de la actividad y empleo), que fuerce una baja de precios y salarios para mejorar la competitividad de la economía para lograr así, después de ese ajuste, una mayor disponibilidad de dólares
SE ELIMINA EL RIESGO CAMBIARIO PERO NO RIESGO DE DEFAULT.
Aún sin tener riesgo de devaluar , los países que dolarizan tiene riesgo de incumplimiento de los vencimientos de deuda. ¿Qué ocurriría si un banco tiene problemas de liquidez? El BCRA actualmente tiene el rol de prestamista de última instancia, proyendo de liquidez en pesos a los bancos ante dificultades transitorias. La dolarización implica perder al BCRA como prestamista de última instancia ante problemas de liquidez bancaria. Sólo si la Reserva Federal actuara como prestamista de última instancia del sistema bancario argentino, se podría evitar un efecto dominó ante el cierre de algunas entidades. Algo totalmente improbable.
En resumen, la dolarización es imposible de implementar sin dólares en el Banco Central. No resuelve los desequilibrios macroeconómicos. No soluciona el déficit fiscal, la presión impositiva, no arregla el tema de la deuda, ni los problemas de competitividad, tampoco modifica las regulaciones laborales, etc. En pocas palabras, no da un solución integral para la economía argentina.