El stock de préstamos al consumo con tarjetas de crédito venía en caída desde iniciada la crisis cambiaria de 2018 (hace 2 años y casi 2 meses). Sin embargo, en lo que va junio se revirtió la caída por los programas de ayuda del Gobierno y puede cerrar el mes con el primer número positivo (descontado la inflación) desde noviembre de 2019.
El programa ATP (Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo), que ya otorgó créditos a tasa cero a monotributistas y autónomos por más de $47.500 millones (como saldo en tarjetas de crédito en 3 cuotas), y la desaceleración de la inflación a 1,5% en los últimos 2 meses, son los factores claves para el repunte en el consumo con tarjeta de crédito (en términos reales).
Según lo informado por el BCRA, en junio el stock de crédito en tarjetas creció 4,8% (hasta 19/06), contra mayo. Esto dará un número positivo en términos reales, si se considera una inflación de 2% mensual para junio.
El stock de préstamos prendarios crecen 1% (nominal) en junio por debajo de la inflación esperada. Mientras que los créditos personales, sin asistencia estatal, siguen cayendo: bajan 0,3% (nominal) en lo que va del mes.
Por su parte, los adelantos a empresas se contraen después del “boom” que tuvieron en abril – crecieron 23,4% en términos reales – por línea de crédito especial para MiPyMEs al 24% anual de interés para pago de sueldos, en junio volvieron a caer: 6,9% nominal, respecto de mayo.
Es evidente que sin subsidio y garantía estatal, es muy difícil recuperar el crédito al sector privado. En especial cuando en los últimos 2 meses el Banco Central colocó casi $ 700.000 millones de Leliqs a los bancos, a una tasa del 38%, para que las entidades financieras a su vez remuneren con la tasa mínima del 30% a los depositantes para que no corran al dólar.
Sólo con líneas de crédito con garantía estatal y subsidio oficial, se puede sostener en el cortísimo plazo el crédito al sector privado. Y esas líneas serían parte del paquete de anuncios económicos en los próximos días para tratar de asistir a los sectores más golpeados por la extensión y endureciento de la cuarentena en el área metropolitana.
Según el “Informe sobre Bancos” que distribuye el BCRA, la morosidad entre los créditos para empresas en marzo de 2020 (último registro) fue del 7,5% -con solo 11 días de aislamiento obligatorio-. Esto representa una suba de 3,6 puntos porcentuales respecto de marzo de 2019 cuando la mora llegaba a solo el 3,9% de la cartera.
Debemos resaltar que, en marzo de 2018, antes de que estallara la crisis, era solo de 1% del total de la cartera. Es decir que se multiplicó por 7,5 en 24 meses.
En tanto, la irregularidad de pago de las familias fue menor. Y se ubicó en un 3,1% en el mes de marzo (pre covid), debajo del 4,5% de marzo de 2019. Esto se dio por una disminución en la mora en tarjetas de crédito y préstamos personales.
La mora crediticia por sector de actividad muestra que la industria y el comercio son los más afectados. La irregularidad del crédito en la Industria paso de 0,8% en marzo de 2018 a 4,6% en marzo de 2019 y a 12% de la cartera en marzo pasado. Mientras que en el comercio era sólo de 0,9% a inicios de 2018 aumentó subió a 5,5% en marzo de 2019 y a 10,2% justo antes de la cuarentena. Algo similar sucedió con la construcción. Seguramente este índice se disparó aún mas durante los últimos tres meses, en plena cuarentena.
Estos datos muestran que la irregularidad se va a disparar a niveles récord cuando lleguen los datos de abril y mayo . Ya que son los meses de mayor impacto de las medidas de aislamiento, de profundización de la recesión y ruptura en la cadena de pagos.