Según el INDEC, la inflación en junio alcanzó el 3,2%, respecto de mayo. Con “congelamiento” de tarifas, un súper cepo, programa de “precios máximos” y con un dólar oficial que sólo subió 1,1% en junio, la inflación no cede. Así, la inflación acumulada en el primer semestre de 2021 fue de 25,3%, la cifra más alta desde el mismo período de 2016. En los últimos 12 meses la inflación alcanzó el 50,2%.
El Gobierno tras los números malos de inflación de marzo y abril – que sepultaron la meta de 29% anual para 2021 de Guzmán- y fue un escalón más arriba en la nominalidad– impulsó que las paritarias se comiencen a negociar entre 40% /45% anual Ahora, con el dato de inflación de junio de 3,2%, las proyecciones de inflación en el año llegan al 50%.
Pese al “súper cepo”, controles de precios, tarifas de servicios públicos “cuasi-fijas” y un dólar oficial que apenas subió 1,1% en junio (punta a punta), la inflación acumuló su noveno mes consecutivo con tasas mensuales arriba de 3%. El promedio mensual de los últimos 9 meses es del 3,8%. En tanto, la inflación interanual rompió el “techo” del 50% y cerró en 50,2% (interanual) el mes pasado.
Una de las herramientas que utilizó el Gobierno para atacar la inflación fue ir “planchando” el “dólar oficial”. Sin embargo, es un “ancla que no ancla”, por ahora.
En enero pasado, el dólar oficial subió 3,75%, en el mes febrero 2,9%, en marzo 2,4% y en junio solo subió 1,1%. La inflación desacelero pero está lejos de lo deseado. Pasaron 3 meses del “pico” de 4,8% mensual de marzo y en junio la inflación marcó un descenso a solo 3,2% mensual. Es una “desinflación” muy lenta.
El peligro de los próximos meses es que una “brecha cambiaria” más amplica y la “puja salarial”, ahora impulsada por el Gobierno en el escenario electoral, consolide un piso demasiado alto para la inflación, demorando aún más el proceso de “desinflación” gradual.
En junio pasado la inflación núcleo (que no incluye a precios regulados ni estacionales) subió 3,6% mensual. Es decir, 0,4 puntos porcentuales por encima de la inflación general. Mientras que los precios regulados subieron 3,6% y los estacionales solo 0,5% mensual. Así, en los últimos 12 meses, la inflación núcleo acumuló una suba de 54,5%.
Los componentes de la inflación siguen teniendo una dinámica muy heterogénea. En junio, la inflación de los bienes (IPC-Bienes) acumuló 57% interanual. Es decir, 6,8 puntos más que la inflación general. Mientras que el IPC-Servicios subió 35,5%. Esta disparidad obedece a la gran cantidad de tarifas de servicios regulados que están controladas o directamente “congeladas”.
Algo similar ocurre en la comparación de la inflación núcleo, los precios estacionales y los precios regulados. Mientras que la inflación núcleo alcanzó una variación interanual de 54,5%, los precios estacionales subieron 52,2% y los precios regulados aumentaron sólo 35,8%.
Esta distorsión en los precios relativos y las distintas “velocidades” a las que ajustan los precios son una medida de la “inflación reprimida”. Es decir, que en el futuro – probablemente post-elecciones- podrían tener un impacto inflacionario si se opta por corregir esas distorsiones.
Si hacemos cálculos tomando la dinámica actual del IPC-INDEC y proyectamos la inflación esperada para los próximos meses, es probable que la inflación interanual en el segundo semestre promedie el 50%. Es decir, se estabilizará pero en un número altísimo.
En el siguiente gráfico se observa que la inflación cerraría en 50,7% interanual. Bajo el escenario que la inflación se desacelera muy gradualmente hasta octubre y post-elección general hay una corrección del “dólar oficial”, con su consecuente aceleración inflacionaria que impactaría en noviembre -3% mensual- y en diciembre -5% mensual-.
Los rubros que más subieron en junio fueron: “Comunicación” (7%); “Bebidas alcohólicas y tabaco” (5,5%) ; “Prendas de vestir y calzado” (3,5%); “Transporte” (3,3%);“Alimentos y bebidas” ; “Equipamiento y mantenimiento del hogar” y “Salud” (todos 3,2%).
Contrariamente, los rubros “Restaurant y Hoteles” (3,1%); “Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles” (2,5%); “Recreación y cultura” (2,2%) ; “Bienes y servicios varios” (2%) y “Educación” (1,1%); reflejaron las menores variaciones respecto de mayo.