Informe: si el dólar se estabilizara en 60 pesos, la inflación podría terminar en 55/56% en 2019

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Argentina es un país con alto traslado de las devaluaciones a los precios. El shock cambiario actual impactará más rápido a precios que anteriores ya que no hay anclaje institucional. Los resultados de las PASO marcan las altas chances de que Alberto Fernández sea el próximo presidente, ese escenario debilita al Gobierno y le da menos efectividad a las herramientas de política económica.

   El gobierno arranco este round cambiario corriendo desde atrás. La semana pasada el presidente siguió en “modo candidato” y no se utilizaron las herramientas disponibles y acordadas con el FMI para contener el frente cambiario.

   Para observar el impacto de las devaluaciones a precios podemos ir a agosto/septiembre de 2018. En ese momento el dólar paso de 30 a 40 pesos –un salto de 33% en el precio dólar-. La inflación posterior de septiembre y octubre fue de 6,5% y 5,4% mensual, respectivamente. En marzo pasado, el tipo de cambio subió 11% y la inflación de ese mes fue 4,7% y 3,4% en Abril. En estos 2 casos, había también efectos de precios regulados (tarifas de servicios públicos) que se ajustaban.

   En el round cambiario de septiembre pasado el fusible fue el propio Luis Caputo, titular del BCRA en ese momento. Hoy el debilitamiento institucional llega a impactar a la máxima autoridad el país. Esta crisis afecta directamente a Mauricio Macri y socaba aún más su credibilidad.

   Cabe recordar, que la inflación el año pasado terminó en diciembre en 47,6% anual, en el acumulado de los 12 meses previos. Pero hasta mayo corría en el orden del 25% anual y el salto inflacionario tras la devaluación se desató con fuerza recién a partir de agosto/septiembre, mes a mes la inflación anual fue escalando.

   Este año la inflación comenzó a desacelerarse recién entre mayo a julio. Sin embargo, el nivel es mucho mayor a 2018. En julio la inflación interanual todavía corría a un ritmo de 54,4% anual.

    Si tenemos en cuenta el shock cambiario actual con una suba de 33% en el dólar (de 45 a 60 pesos) en días, aunque luego corrigó a un rango de entre 55/57 pesos para el mayorista, según nuestros cálculos la inflación podría dispararse al 56% interanual en septiembre y terminar el año en 55,8% anual.

    Eso, suponiendo un traslado a precios similar a la devaluacion del año pasado. Pero es alta la probabilidad que el traslado a precios sea mayor que en el evento de 2018.

   La inflación estimada en el escenario base entonces es de 5% en agosto y con una aceleración a 6,5% en septiembre. Así, aún terminado con inflación en 3,5% mensual en diciembre, el número final para 2019 estaría 8 puntos arriba de 2018 (47,6% vs 55,8%) como se muestra en el gráfico.

   Argentina ha entrado estos 2 últimos años en un régimen de alta inflación -más de 50% anual-. Ya dejo atrás el 25%/30% de inflación, en el que oscilaba la inflación en los años anteriores. Estamos en un nivel más alto, que dispara un efecto muy delicado: la demanda de dinero se derrumba ante shocks internos y externos.

   El público repudia a la moneda local y se refugia en el dólar. Es difícil que alguien tome como referencia en sus contratos al peso argentino. Por ello, cada vez se pactan contratos entre privados a menor plazo, la velocidad de los ajustes es cada vez mayor.

   Sin recobrar la confianza o generar un shock de expectativas para la próxima administración será difícil que la situación se revierta.

   Tanto Alberto Fernández como Mauricio Macri tiene problemas en su credibilidad. Uno necesita “desmarcarse” del kirchnerismo y sus prácticas de 2011-2015 (cepo cambiario, intervención de INDEC, conflicto con holdouts, comercio exterior regulado, etc) y Macri perdió credibilidad por los fracasos de su gestión, la megadevaluación del último año y las promesas incumplidas.

   La clave para no llegar a estos niveles de inflación no pasa por congelamientos de precios sino por conseguir la estabilidad cambiaria como primer punto. El problema de las decisiones corto placistas, como el caso del congelamiento de precios de los combustibles por tres meses, es el efecto “día 91 “.

   Tras el resultado electoral del 27 de octubre, seguramente Alberto Fernández, si es ya presidente electo,  querrá que los precios se actualicen en lo que reste del mandato de Macri. Mientras que el Gobierno intentará estirar hasta diciembre los “precios congelados”. Por ello, estimamos que el índice de precios al consumidor se recaliente en ese periodo.

   A partir del diciembre es fundamental la tarea que de frenar la inflación y definir un régimen monetario y cambiario claro. No hay forma de planificar, presupuestar, tomar decisiones de consumo e inversión en este contexto.