Según los números del Ministerio de Economía, en febrero se registró un déficit primario de $228.134 millones. Los ingresos totales ascendieron $ 1.570.391,1millones y subieron 85,6% interanual por debajo de la inflación de 102,5% interanual. Debido al impacto de la sequía que derrumbó la recaudación de los derechos de exportación. Mientras que el gasto primario totalizó en $ 1.798.525 millones, con un aumento del 95% interanual ( -8,3% en términos reales). El déficit fiscal primario cerró en $228.134 millones (0,13% del PBI). En el acumulado del primer bimestre del año el déficit primario ascendió a $432.000 M. Así, el gobierno queda sin margen de maniobra (sólo $9.500 M) para cumplir con la meta del FMI (fijada en $441.500 M) para el primer trimestre del año.
El Gobierno prácticamente se “consumió” el 98% de la meta fiscal del primer trimestre de 2022, ya que el déficit primario acumulado fue de $ 432.000 millones. Apenas por debajo de los $441.500 millones fijada en el acuerdo con el FMI.
La meta con el FMI, si no es recalibrada, queda en un plano “testimonial”. Al mal arranque del 2023, hay que sumarle la baja en las proyecciones de PBI (que apuntan a una caída piso de 3% del PBI), producto de la sequía que deteriorarán los ingresos fiscales (por menores ingresos via retenciones) y agrandará el “agujero” fiscal. La tendencia apunta a un déficit fiscal primario (antes de intereses) por encima del 1,9% del PBI acordado con el FMI para todo el año 2023.
En febrero pasado, la recaudación impositiva subió 79,9% interanual en términos nominales, por debajo de la inflación que a febrero acumuló 102,5% interanual.
El déficit fiscal primario fue de $228.134 millones. Se multiplicó por tres respecto al mismo mes de 2022. Mientras que el déficit financiero (incluido los intereses de la deuda) ascendió a $ 485.591 millones (equivalente a 0,3% del PBI).
Los ingresos vinculados a la evolución de la actividad económica, como el IVA (+107,2% interanual) e impuesto a los créditos y débitos (+97,4%) reflejaron un incremento por encima de la inflación.
Mientras que el Impuesto a las Ganancias registró un incremento de 99,3% interanual. Contrariamente, los derechos de exportación se derrumbaron 45% en términos nominales (cayeron 72,8% interanual en términos reales). Los ingresos asociados a Aportes y Contribuciones a la Seguridad Social subieron a 106,9%, 4,4 puntos porcentuales por encima de la inflación acumulada en los 12 meses previos.
Las partidas del gasto que crecieron por encima de la inflación acumulada en los 12 meses previos en febrero de 2022 fueron: gastos de capital (obra pública), salarios, AUH y otros programas sociales.
En tanto el resto de las partidas, jubilaciones y pensiones, subsidios económicos y transferencias a las provincias cayeron en términos reales.
En febrero, las prestaciones sociales (jubilaciones y gasto social), que explican el 55% del gasto operativo total, cayeron 6% interanual en términos reales (descontando la inflación). En tanto, el rubro “jubilaciones y pensiones” reflejó una caída de 10,1% -en términos reales- en febrero pasado (crecieron 82% interanual en términos nominales). En el acumulado del primer bimestre de 2022 cayeron 7,2% en términos reales.
El rubro “otros programas sociales” (que no incluye a la AUH) es uno de los rubros que más subió en términos reales, en sentido contrario al acuerdo con el FMI que explicitaba un recorte de 0,8% del PBI en el Gasto Social. En febrero pasado, reflejó un incremento de 38% en términos reales, respecto al mismo mes de 2022.
El gasto en salarios públicos crecieron, en febrero pasado, 104,5% interanual. Es decir, recuperó un 1% en términos reales (interanual)
Los “subsidios económicos” a las empresas de servicios públicos tuvieron un ajuste en términos reales (-17,2% interanual), producto de la segmentación tarifaria y de la caída en los precios internacionales de la energía. Los subsidios energéticos subieron 70,5% interanual en febrero. Es decir, cayeron 17,2% en términos reales. Esta línea del gasto debe ser monitoreada, porque es probable que se haya incrementado la deuda flotante vinculada a los subsidios energéticos (CAMMESA).
Los “gastos de capital” (obra pública) crecieron en febrero 246,6% respecto del mismo mes de 2022, en términos nominales. Es decir, 71,1 puntos porcentuales en términos reales. Sin embargo, en el acumulado del primer bimestre de 2022 cayeron 46,8% (en términos reales), respecto al mismo periodo de 2022.
Las “Transferencias a las provincias”, en febrero, subieron 26,8% (en términos nominales). Es equivalente a una caída de 37,4% en términos reales. En el acumulado del primer bimestre de 2022 caen 14% en términos reales (descontando la inflación).
Por último, los pagos por intereses de la deuda aumentaron en febrero 324% interanual, respecto al mismo período de 2022 en términos nominales. Asi, en el primer bimestre de 2022 se pagaron casi $396.900 millones de pesos más que en mismo período de 2022.
En resumen, el gobierno consumió el 98% de la meta del primer trimestre y aún resta que llegue el impacto pleno de la sequía. Es casi imposible que se cierre la “brecha fiscal” en marzo para poder cumplir con este objetivo.
Salvo que se tomen medidas extraordinarias, por el lado de los impuestos o del recorte de gastos, el deterioro fiscal estará muy por encima del 1,9% del PBI acordado con el FMI para 2023 (2,5% /2,6% de déficit primario tras el impacto de la sequía). Es muy probable que, tardeo o temprano, el Gobierno negocie un waiver (perdón) o recalibre las metas para alinearlo con las nuevas proyecciones del PBI y recaudación impositiva.