Para el Banco Central todavía no es posible saber cuándo terminará la recesion que comenzó el segundo trimestre de este año, tras la crisis cambiaria.
La entidad elabora un "Indicador Líder de la Actividad", en base a distintas variables, que permite anticipar, en algunos casos con 6 meses de anticipación, los cambios de ciclo: por ejemplo, si aparecen indicios o no de que haya una salida de la recesión a la vista.
"Para el resto del año el Indicador Líder de la Actividad (ILA-BCRA) no permite anticipar un cambio en la fase recesiva iniciada en el segundo trimestre de 2018. En septiembre el ILA registró la séptima caída mensual consecutiva y la difusión del crecimiento se ubicó en 27,5%, cerca de los mínimos históricos (ver Gráfico)", dice el último informe de Política Monetaria del BCRA.
Los economistas que conduce Guido Sandleris solo se limitan a acotar que "en los próximos meses, la economía irá transitando la corrección de los déficits externo y fiscal, permitiendo iniciar una recuperación durante 2019 sobre bases más sustentables".
El punto sobre la duración y la profundidad de la recesión es clave por estos días, en los que empieza a delinearse el escenario electoral del 2019. Hoy en el propio Gobierno descartan la posibilidad de una recuperación en forma de "V", es decir, una reactivación rápida. Incluso, hay dudas sobre una eventual salida en forma de "U", es decir una caida de dos o tres trimestre, y una recuperación más o menos rápida a partir del primer trimestre de 2019. El escenario más probable, en el que todavía ni los indicadores líderes del BCRA anticipan una lejana recuperación, es una recesión en forma de "L", es decir una recuperación muy lenta tras varios trimestres con la economía en el pozo.
