Tras el triunfo de Trump, el plan “pasar de largo” está más firme que nunca

El Gobierno traza la hoja de ruta hacia 2025 con la estrategia de “pasar de largo”. Este plan busca evitar sobresaltos en la cotización del dólar, consolidar la desinflación y aprovechar un posible repunte económico, para llegar con ventaja a las elecciones de medio término. Bajo este escenario se prevé que continuará el cepo cambiario (esta vez es shock fiscal y gradualismo cambiario a diferencia de la gestión de Macri).  Las principales correcciones en el régimen monetario y cambiario se postergarían para el último trimestre de 2025, en un intento de evitar turbulencias durante un año clave. Esta estrategia se refuerza con el triunfo de Donald Trump, y el renovado apoyo de Washington a la gestión Milei en la negociación con el FMI.

El núcleo de la estrategia del Gobierno se basa en la continuidad del ancla fiscal y un crawling peg del 2% mensual – con una reducción gradual mes a mes- . Los controles de cambio se mantendrán, y el Gobierno ha decidido no solicitar “fondos frescos” al FMI, evitando así un condicionamiento cambiario. En otras palabras, no quiere dólares extra a cambio de devaluar.

Este enfoque busca “achicar” el riesgo de una devaluación que podría disparar la inflación, presionar a la cotización de los dólares financiero y ampliar la brecha cambiaria, afectando negativamente el consumo y la actividad económica en los meses previos a la elección legislativa.

Si el Gobierno se arriesgara a eliminar los controles cambiarios y “no saliera bien”, podría complicar la renovación de la deuda en pesos y poner en jaque el “carry trade”, esencial para sostener la estabilidad financiera.

Tras baja de tasas de interés, ¿menor crawling peg

El equipo económico ha dado una clara señal de continuidad al reducir la tasa de interés del 40% al 35%, un movimiento esperable producto de la caída en la expectativa de inflación del mercado. Se anticipa que el crawling peg, que actualmente se sitúa en un 2% mensual, comience a disminuir progresivamente. Alcanzando un 1,9% mensual a inicios de 2025 y descendiendo 0,1% cada mes hasta culminar el año (como lo planteó el economista Ricardo Arriazu), y así consolidar el proceso de desinflación.

¿Alcanzan los dólares con este esquema hasta las elecciones?

El Gobierno está en pleno proceso de ir despejando las dudas sobre la capacidad de pago de 2025.

  • Ya han sido girados al Banco de Nueva York (BONY) los intereses de los bonos que vencen en enero de 2025.
  • Además, el equipo económico adelantó que continuara comprando dólares , con los pesos que tiene el Gobierno depositado en BCRA, para pagar el capital de los vencimientos de enero próximo. Ya acumula mas de U$S 1.200 millones en depósitos en el BCRA .
  •  Continua la negociación por un REPO con bancos internacionales (Santander y JP Morgan) para cubrir el vencimiento de julio de 2025.
  • El gobierno ya adelanto que los organismos internacionales de crédito refinanciarían la deuda de 2025. Y el propio Milei está negociando con China  (viajara en enero de 2025) para conseguir la renovación del swap y podrían adicionarse fondos extra.

Bajo este escenario, el equipo económico de Luis Caputo se garantizaría los dólares suficientes para llegar a la elección. Con la liquidación de agro-dólares, que ingresarán entre abril y julio, sumado al superávit energético, podrían incluso capitalizar en parte al BCRA, mejorando su posición de reservas netas.

Actividad e inflación en la previa electoral

En la actualidad, la economía Argentina acumula, en los últimos 12 meses, una inflación interanual del 209% y una contracción de la actividad del 4% (cercana al 6% si se excluye el sector agropecuario).

Sin embargo, el gobierno proyecta una recuperación para 2025 y que se consolide la desinflación. Así, la inflación iría en la previa electoral a un rango de 35-40% anual y la economía estaría creciendo un 4%. Este escenario optimista se sustenta en el incremento del salario real, la expansión del crédito, el dinamismo de los sectores exportadores (agro, minería y energía)  y la comparación contra un año base muy bajo. Esta es la clave para una buena performance del oficialismo en la competencia electoral 2025.

Brasil y el Contexto Internacional

La estrategia del Gobierno no está libre de riesgos. El deterioro en la competitividad de Argentina contra Brasil es uno de los riesgos de seguir “estirando” este esquema cambiario. Actualmente, el tipo de cambio bilateral con Brasil se mantiene en niveles similares a los previos a la crisis del “Efecto Caipirinha” en el año 1999 y similar al que tuvo Brasil a fines del año 2015. El dólar en Brasil esta cercano a 5,8 reales por dólar , acumulando una suba de 20% en el año .Y es posible que llegue a R$6 reales por dólar  si el Presidente Luis Ignacio Lula Da Silva no muestra una mejora en el sendero fiscal.

A su vez, el triunfo de Donald Trump en las elecciones de EE. UU. ya muestra un fortalecimiento adicional del dólar, presionando sobre las monedas emergentes y disminuyendo los precios de las commodities, lo cual podría profundizarse en el futuro, golpeando aún más la competitividad de la economía argentina.

Riesgos Internos: Política y Dolarización

Internamente, los riesgos son conocidos. A medida que se acercan las elecciones, la incertidumbre política podría intensificar la dolarización, generando volatilidad en el tipo de cambio.

Asimismo, la posibilidad de que al oposición impulse en el  Congreso Nacional proyectos que aumentar el déficit fiscal plantea un desafío adicional. Pese a ello, el gobierno confía en su capacidad de veto para gestionar este riesgo y preservar la estabilidad fiscal, tal como ocurrió con el veto al incremento en jubilaciones y en el caso del presupuesto de las universidades.

En resumen, el Gobierno apuesta a que esta estrategia de “pasar de largo” logre evitar turbulencias en la economía en un año electoral. La estabilidad del dólar oficial, brecha acotada, la reducción de la inflación y la mejora en la actividad (con un pilar en la recuperación del salario y el acceso al crédito) le permitirían consolidar políticamente el programa económico. Los riesgos internos y externos están latentes y cerca de la elección podrían tensionar el mercado financiero y cambiario.