El equipo de Milei sigue manteniendo a “rajatabla” el ancla fiscal y acumuló el quinto mes consecutivo con superávit financiero. Sin embargo, enfrenta un riesgo (de corto plazo) en el otro frente del esquema económico. El proceso de acumulación de reservas se frenó en junio, en plena cosecha de la gruesa. Y en julio, de mantenerse esta tendencia, sumado a los pagos de vencimientos de deuda –con FMI, organismos internacionales y bonistas privados-, las reservas del BCRA caerán. Será clave cómo reacciona el mercado de los dólares financieros ante este nuevo contexto.
Las cuentas fiscales reflejaron en mayo por quinto mes consecutivo superávit fiscal, incluyendo intereses de la deuda. Así, se registró por primera vez desde 2008 un superávit financiero en los primeros cinco meses del año. El superávit primario fue de $2,33 billones en mayo. Y si incluimos el pago de intereses el superávit financiero cerró en $1,18 billones. En el acumulado del año el superávit primario se ubicó en 1,1% del PBI y el superávit financiero en 0,4% del PBI, por encima de la meta acordada con el FMI.
Las cuentas fiscales de mayo registraron un superávit primario de $2,33 billones de pesos. A diferencia de los primeros 4 meses del año, el resultado fiscal de mayo no solo se explica por el recorte y licuación de gasto público, que cayó 28,6% interanual en términos reales. También se explica por un incremento en la recaudación de +5,8% interanual real, apuntalada en el impuesto PAIS (+251% interanual real) y especialmente por la recaudación de ganancias de sociedades que aportó más de $5,5 billones de pesos (+89,4% interanual real) y derechos de exportación (+11,1% interanual real).
Por otra parte, la dinámica de los ingresos sigue reflejando el impacto de la recesión: caen fuertemente IVA (-20,2% interanual real) e “impuesto al cheque” (-24,7% interanual real).
En los primeros 5 meses del año el gasto público nacional pagado bajó $ 12,1 billones en pesos constantes respecto al mismo periodo de 2023. De cada $100 pesos que se redujeron los gastos en términos reales, 31 pesos vinieron del rubro “Jubilaciones y pensiones”, la obra pública aportó $23 pesos, “subsidios a la energía” $12,7 pesos, los salarios estatales $7,5 pesos y “transferencias a provincias otros $7 pesos. La licuadora le ganó a la motosierra.
Entre enero y mayo, la “obra pública” (gastos de capital) cayó 82,2% interanual en términos reales y fue la de mayor ajuste real. Seguida por las “transferencias a las provincias” con un rojo de 75,3% interanual. Y “subsidios a la energía” que se derrumbó 32,9% interanual. En tanto, las jubilaciones y pensiones disminuyeron un 29,3% interanual – en términos reales. Y las “transferencias a las universidades” cayeron 24% en términos reales.
Los datos de los primeros 5 meses del año, muestran que el ancla fiscal se mantiene firme. Igualmente, el propio Milei ya adelantó que en junio es probable que cierre con déficit fiscal por primera vez en el año por el pago del medio aguinaldo y energía.
En el otro frente, la cosas no están saliendo como esperaba el Gobierno. El proceso de acumulación de reservas muestra cierta “fatiga”. En lo que va de junio, el BCRA no pudo comprar reservas. En el saldo tuvo ventas netas por 44 millones (hasta el 26/6) en un mes de plena liquidación de la cosecha gruesa.
Además, en el mes de julio el gobierno enfrenta pagos con FMI por U$S 642 millones. Los vencimientos con bonistas privados (Bonares y Globales) alcanzan un monto total U$S 2.561 millones, hay pagos organismos internacionales por U$S 431 millones y opera el primer pago del Bopreal por U$S 167 millones. Es decir, el próximo mes tiene obligaciones en “moneda dura” por 3.801 millones.
Además, sabemos que estacionalmente después del mes de julio el BCRA pasa de comprador neto a vendedor neto de dólares. Y este fenómeno se potencia en los años con cepo cambiario. Entre agosto y noviembre, en los años con cepo, el BCRA vendió cerca de U$S 1.950 millones de dólares.
Con el proceso de acumulación de reservas “frenado” las alternativas del Gobierno para poder fortalecer las reservas internacionales dependen de: 1) ingreso de dólares vía el Blanqueo y el RIGI o 2) directamente del ingreso de “dólares financieros” y préstamos internacionales.
Por ello, bajo el escenario en que se aprueba la Ley Bases, hasta que no se reglamente el Blanqueo, el BCRA reflejará una caída en sus reservas. Y será clave cómo reaccionan las cotizaciones de los dólares financieros. Es probable que se incrementen las tensiones cambiarias y veamos turbulencia en la cotización de los dólares financiaros en las próximas semanas.