“Si se toma en cuenta las últimas ocho devaluaciones grandes que tuvo la Argentina desde 1981 hasta 2014, el resultado que da es que el impacto sobre los precios, es decir, la inflación fue del 45%, en promedio, transcurrido entre seis meses y un año después de la devaluación.
El impacto sobre los precios de los alimentos y servicios es inevitable. El propio INDEC tiene estimado cómo está conformado el índice de precios. La inflación impactaría de la siguiente forma: 25% en los bienes exportables (alimentos, bebidas, productos industriales) 15% en los bienes importados (electrónicos, electrodomésticos, juguetes, autos) 60% en servicios (restaurantes, alquileres, tarifas, turismo)”.