La extensión de la cuarentena –especialmente en AMBA- obliga al Gobierno a continuar con la ayuda a empresas (ATP) y trabajadores (Ingreso Familiar de Emergencia-IFE) en medio de la pandemia. Los números de la recaudación tributaria que caen en términos reales (-15,7% interanual en junio) combinados con el incremento en el gasto público, aumentan el “agujero fiscal” que se financia sólo emisión de pesos del BCRA. En la primer semana de julio, el Central giró otros 100.000 millones de pesos para asistir al Tesoro Nacional.
En lo que va de 2020, la emisión de pesos del BCRA – sumando adelantos transitorios y giro de utilidades- alcanzó los 1.352.000 millones de pesos (aproximadamente 4,5% PBI).
Entre marzo y lo que va de julio, se concentró el 92 % de dicha emisión ($1.245.000 millones).
Vale señalar que en los primeras proyecciones de Martín Guzmán en medio de la renegociación de la deuda estimaban un déficit fiscal primario para 2020 (monetizado por el BCRA) de 3,1% del PBI: unos $ 930.000 milones de emisión para todo el año.
En lo que resta de 2020, es muy probable que el Tesoro Nacional necesite una asistencia adicional cercana a un billón de pesos del BCRA para cubir sus obligaciones (incluido el “gasto covid” adicional por la extensión de la cuarentena).
En estos últimos meses, la maquinita de emisión del BCRA se combina con signos de “prudencia monetaria”. Miguel Pesce, titular del Central, permitió a los bancos colocar su liquidez nuevamente en Leliqs (Letras de Liquidez del BCRA).
Esto generó una absorción de pesos “excedentes” por parte del BCRA. Entre mayo y julio (hasta el 3/07), emitió Leliqs y Pases, por sobre las que vencían, por $ 876.200 millones. En lo que va del año, el Central lleva emitidos 1.030.000 millones en Leliqs y Pases.
Este cambio en la política monetaria aumentó el stock de pasivos remunerados del BCRA (Leliqs y Pases) a $ 2.300.000 millones (2,3 billones de pesos) al 7/07 (último dato disponible). Lejos quedaron las promesas de Alberto Fernández de terminar con las Leliqs. Cuando asumió Fernández el stock de Leliqs (más Pases) era de $ 1.170.000 millones. Es decir, tuvo un incremento de 96% en 7 meses.
Por esas Leliqs el Banco Central paga 38% anual a los bancos, que a su vez pueden así pagar a los depositantes la tasa mínima de 30% anual –fijada por la autoridad monetaria– para que los depositantes no corran al dólar.
Vale señalar, que en el contexto de la pandemia la tasa de inflación se redujo. En abril y mayo, el IPC(INDEC ) reflejó una suba de 1,5% mensual . Es decir, la tasa de interés mínima fijada por el Central para los depositantes a plazo en pesos tuvo un rendimiento por encima de la inflación mensual.
Así, el stock de depósitos a plazo fijo en pesos aumento en $282.000 millones entre el 01/05 y el 06/07, una suba de 20% en dos meses.
Sin embargo, las consultoras privadas participantes del REM (relevamiento de expectativas de mercado del BCRA) esperan una aceleración de la inflación para el segundo semestre de 2020.Y que el IPC crezca por encima del 3% mensual a partir de agosto.
El punto clave es qué decisión toma el BCRA en el caso que aumente la tasa de inflación o se disparen los “dólares alternativos”. Si elige aumentar la tasa de interés de las Leliqs e indirectamente sube la tasa de interés de los depósitos a plazo fijo en pesos para darle incetivos a los ahorristas a “quedarse” en depósitos a plazo en pesos, aumentaría el costo del crédito, difícultando aún más la salida de la recesión.
Bajo ese escenario, es probable que se encarecezca el costo del crédito al sector privado en la segunda mitad de 2020. Y esto complicaría la reactivación del consumo via préstamos (prendarios, personales y tarjetas). En tanto, los bancos volverían al “negocio” de las Leliqs sin mirar para el lado de la economía real.