Según el INDEC, en agosto se acumuló un superávit comercial de u$s 1.436 millones, como consecuencia de una baja de las exportaciones (-11,3% interanual) menor a la caída en las importaciones (-20,4% interanual) por el impacto de la cuarentena y el efecto Covid-19 que profundizó la recesión. Así, en los primeros 8 meses del año el superávit comercial acumulado llegó a U$S 10.984 millones. Sin embargo, el BCRA sigue sin poder comprar dólares para robustecer las reservas internacionales.
Dentro de las exportaciones, en agosto todos los rubros cayeron respecto al mismo mes del año pasado, a excepción de los productos primarios que subieron 10,2% (interanual). Las “manufacturas de origen agropecuario” disminuyeron un 12,3%, las manufacturas de origen industrial cayeron 26% y “combustibles y energía” se derrumbaron 30,6% , todas respecto de agosto de 2019.
Por el lado de las importaciones la evolución fue la siguiente: “Combustibles y lubricantes” (-48,1%);“Piezas y accesorios para bienes de capital” (-37,8%), “Vehículos automotores de pasajeros” (-24,5%); Bienes de capital (-23%), y Bienes de consumo (-10%), siempre comparando con igual mes del año pasado.
En lo que va de 2020, el superávit comercial acumula U$S 10.984 millones. Un 41,6% más que mismo período del año anterior. En los primeros 8 meses de 2020, el país le vendió al resto del mundo por U$S 32.291 millones y realizó compras por U$S 22.718 millones. Vale señalar que el país lleva 24 meses consecutivos con saldo comercial positivo (acumula u$s 30.044 millones en dicho período).
Las exportaciones en los primeros 7 meses del año amortiguaron el impacto de la pandemia y cayeron “sólo” 11,8% respecto del mismo período de 2019.
El repunte en las expectativas de crecimiento de Brasil en 2020 que apuntaban a una caída de 6,4% en el PBI (Producto Bruto Interno) y ahora se “achicaron” a 5% son buenas noticias para los próximos meses en materia de exportaciones. Sin embargo, el riesgo de una devaluación en Argentina podría diluir el efecto de esa buena noticia.
Mientras tanto, las importaciones se derrumbaron un 23,8%, comparando contra el mismo período del año pasado.
En los años de crisis económicas (locales e internacionales), Argentina acumuló siempre los mayores superávit comerciales.
En el año 2002 , tras la mega- devaluación del estallido de la Convertibilidad, el superávit comercial llegó a U$S 16.600 millones. En 2009, con el impacto de la crisis internacional, el superávit de la balanza comercial ascendió a U$S 16.885 millones. En 2019 tras la crisis cambiaria iniciada en 2018, el saldo comercial alcanzó U$S 15.990 millones.
En 2020 con esta tendencia de las exportaciones y derrumbe de importaciones producto de la pandemia estimamos un saldo comercial cercano a los U$S 18.000 millones .Es decir, por encima del 2019.
A pesar de un récord en la generación de dólares vía balanza comercial y al “super cepo” recargado , que cada vez es más restrictivo para empresas (especialmente importadores), para el pago de deudas privada en dólares y para personas físicas, el Central no logra comprar los dólares del superávit comercial.
En noviembre del año pasado, primer mes de la vigencia del “ súper cepo” (de 200 dólares mensuales), el Banco Central compró u$s 2.202 millones al sector privado. Mientras que el saldo comercial de ese mes fue de u$s 2.484 millones. Es decir, se quedó con el equivalente al 88% de los dólares del saldo comercial.
En diciembre de 2019, el Central compró en el mercado cambiario u$s 1.121 millones, equivalente al 50% de los dólares generados por el comercio exterior.
En cambio, en 2020 el BCRA lleva acumuladas en el año ventas netas por U$S 2.904 millones (hasta el 21/9) ante un saldo comercial que seguramente estará por encima de u$S 12.500 millones en los primeros 9 meses del año.
Básicamente, la disparada de la brecha cambiaria (entre el dólar oficial y los dólares alternativos) atenta contra la acumulación de reservas del BCRA. Los agentes económicos ven barato al dólar oficial e intentan “sacarle” dólares al BCRA y nadie quiere venderle sus dólares.
Para anclar las expectativas de devaluación y disminuir la becha cambiaria el Gobierno mostró parte del plan económico a futuro con la presentación del Presupuesto 2021. Sin embargo, el mismo luce inconsistente en términos de dólar e inflación ( están subestimados).
Un plan inconsistente y señales políticas contradictorias impiden al Gobierno recobrar la confianza. Y consecuemente le dificultará al BCRA a comprar los “dólares genuinos” del saldo comercial para robustecer las reservas internacionales. Pese a tener un récord de 18.000 millones de superávit comercial en el año al BCRA le faltarán muchos dólares en 2020.