Según lo informado por el Ministerio de Hacienda, el déficit fiscal en septiembre llegó a $ 167.181 millones. El resultado financiero -contabilizando intereses de la deuda- alcanzó a un déficit de $212.020 millones. En el acumulado de los primeros 9 meses del año, el déficit primario llegó a $1.302.000 millones (equivalente a 4,8% del PBI).
En el momento clave que el Gobierno necesita mostrarle al mercado que la “brecha fiscal” (diferencia entre ingresos y gastos primarios) que se va “achicando” post impacto covid-19, llegó el dato de septiembre del resultado fiscal que va en el sentido contrario.
El gasto público primario en el mes de septiembre subió 71,6%, respecto del mismo mes de 2019 (+25,6% en términos reales). Pasó de $357.060 millones en septiembre de 2019 a $ 612.806 millones el mes pasado.
Vale señalar que en el mes de agosto el ritmo del gasto primario había bajado a 56,9% interanual. Desde el pico de abril y mayo que se expandía al 96,8% interanual.
Mientras que los ingresos del sector público crecieron 34,3% interanual (en términos nominales) en el mismo período. Es decir, tuvieron una caída de 1,6% en términos reales.
En septiembre se registró una recuperación de los ingresos tributarios por levantamiento las medidas de ASPO en muchas provincias. Y fue el primer mes post-covid-19 que los ingresos tributarios crecieron en términos reales .
Descontando la inflación, en términos reales, en septiembre los ingresos tributarios crecieron 3,6% interanual. El impuesto al Valor Agregado (IVA neto de reintegros) cayó 12,5% interanual y el “impuesto al cheque” 6,2% interanual, siempre en términos reales.
Sin embargo, el impuesto a los Bienes Personales (+ 1336% interanual ), Impuesto a las Ganancias (+ 7,9% interanual ) y los Derechos a la exportación (8% interanual ) más que compensaron dichas caídas, todos expresados en términos reales.
En septiembre el gasto adicional para amortiguar lo efectos de la pandemia –Gasto Covid- que incluye al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y al salario complementario -ATP- generaron gastos adicionales por $83.700 millones.
A diferencia de los últimos meses, si se descuenta el “Gasto Covid” del Gasto Corriente se observa una suba 8,5% en términos reales.
Pese al ajuste real de algunas partidas del Gasto No Covid, como jubilaciones y pensiones, por la suspensión de la ley de movilidad, salarios públicos y gastos de capital (obra pública), el gasto primario se disparó y su tasa de crecimiento duplicó a los ingresos fiscal. Esto complica las cuentas fiscales y es insostenible en el tiempo.
Las velocidades de aumento de las partidas del gasto público son muy heterogéneas.
Las prestaciones sociales (jubilaciones y gasto social), que explican el 60% del gasto operativo total, crecieron a un ritmo de 69,8% interanual. Muy por encima de la inflación acumulada en los últimos 12 meses (36,6%). Sin embargo, las jubilaciones y pensiones contributivas subieron 33,8% interanual. Es decir, tuvieron una caída en términos reales de 2,1% .
Por la suspensión de la ley de movilidad previsional, las jubilaciones seguirán corriendo detrás de la inflación y cayendo en términos reales. Ya que para el trimestre (septiembre-noviembre de 2020) el Gobierno fijó por decreto que la suba en los haberes jubilatorios será de sólo 7,5%. Si no hay nuevas sumas fijas (bonos) para los jubilados el gasto agregado en jubilaciones seguirá cayendo en términos reales.
En septiembre, las “Transferencias a las provincias” subieron 210,4% respecto de igual mes de 2019. Se observó una aceleración en el ritmo del transferencias, ya que en julio y agosto pasado las transferencias crecieron al 61% y 80,4% interanual, respectivamente. Y en los primeros 9 meses del año aumentaron 204% interanual ($ 161.036 millones adicionales) respecto del mismo período de 2019.
Los “subsidios económicos” a las empresas de servicios públicos se dispararon 224,7% interanual. Pasando $28.789 millones a $93.488 millones, debido al “congelamiento” tarifario. Especialmente, $57.350 millones (+327,5% i.a.) respondieron casi en su totalidad a la asistencia financiera a CAMMESA en el marco del congelamiento transitorio de tarifas eléctricas.
Así, en los primeros 9 meses del 2020 el gasto en subsidios económicos crecieron 104,6% interanual. Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, se estima que llegará a 2,2% del PBI en 2020.
Para no seguir incrementando el “peso” de los gastos en subsidios económicos en el presupuesto nacional, el Gobierno ya anunció que se suspenderá el congelamiento tarifario a partir de diciembre, para los casos de gas y electricidad.
Por su parte, los “gastos de capital” (obra pública) crecieron al 22,5% anual, por debajo de la inflación. Es decir, tuvieron una caída en términos reales de 10,3% interanual. Aunque dentro de los “gastos de capital”, en septiembre, la inversión en “Agua potable y alcantarillado“ se incrementó 548,7% interanual (subió $8.594 millones).
Por último, los pagos por intereses de la deuda cayeron 11,8% interanual (nominal) debido al “reperfilamiento” de deuda. En septiembre pasado fueron $ 44.839 millones en comparación con $ 50.856 millones en igual mes de 2019.
Contrariamente a lo esperado la “brecha fiscal” se disparó en septiembre. Esto le agrega mayor incertidumbre a la situación macroeconómica y cambiaria, ya que el “agujero fiscal” se cubre mediante emisión de pesos. En lo que va de 2020, el BCRA ya emitió $1.733.450 millones para asistir al Tesoro Nacional.
Si la asistencia no se reduce, es necesaria más emisión y esto no es sostenible en el tiempo. Con niveles de “brecha cambiaria” actuales en 120% (entre el dólar oficial y los “dólares alternativos”), inyectar una mayor cantidad de pesos a la economía, con muy pocas reservas netas en el BCRA, puede llevar a una estampida cambiaria e inflacionaria muy fuerte, que agravaría la crisis .