Después de que la semana pasada se parara para aplaudir a Daniel Scioli en un acto por primera vez en su vida, Cristina debió guardar reposo. La Presidenta padece un cuadro de faringitis que la obligó a suspender su agenda por completo: le impidió viajar a Chubut para hacer campaña junto al gobernador Martín Buzzi y asistir al acto de aniversario de la Bolsa de Comercio en Buenos Aires.
Convaleciente en Olivos, Fernández de Kirchner autorizó a Scioli para que avance con el proceso de peronización de su campaña. El acto de la semana pasada en Parque Norte con los gobernadores fue el puntapié inicial de una estrategia que apunta a tomar distancia de los sectores ultrakirchneristas. El candidato del Frente para la Victoria quiere encolumnar a todo el peronismo detrás de su candidatura. El objetivo es claro: captar el voto del electorado independiente.
El Gobernador cuenta con una aliada de peso que recorre las provincias no kirchneristas en su nombre: Karina Rabolini. En menos de 24 horas, la primera dama bonaerense se mostró con el oficialista José Luis Gioja y, con dos rivales de la Casa Rosada: José Manuel De la Sota y Alberto Rodríguez Saá.
¿Scioli trabaja para que el peronismo antikirchnerista lo apoye en el ballotage? ¿Cristina le cede por completo el centro de la escena?
