La entidad que preside Alejandro Vanoli pierde dólares todos los días y ya se ubica en el piso más bajo de los último nueve años. Como si esto fuera poco, el juez federal Claudio Bonadío ordenó el allanamiento del Banco Central a cargo de la Policía Metropolitana por la causa que investiga a Vanoli por la venta de dólares a futuro.
Todo ocurre en un contexto donde las reservas del Central apenas superan los U$S 26.000 millones de dólares, exactamente la mitad de lo que acumulaba en 2011, cuando llegaron a su punto más alto. En lo que va del año la caída fuer récord y el Banco Central perdió más de U$S 5.300 millones de dólares, es decir, el 17% del total.
En el mes del balotaje que definirá el nombre del próximo presidente, la Casa Rosada autorizó a vender entre 120 y 150 millones de dólares por día para mantener clavado el dólar oficial. La entrega del dólar barato que compra un sector de la clase media tiene un solo objetivo: frenar la suba del paralelo en torno a los $15. Pero como la frazada es corta, la contracara del subsidio a la clase media, la padecen los importadores que cada día soportan más restricciones.
En un intento desesperado por detener la sangría, el Banco Central aplicó el segundo recorte al cupo de divisas autorizado para pagar importaciones en menos de un mes. El máximo pasó de U$S 75.000 a U$S 50.000.
En los últimos once meses, el Banco Central ya entregó U$S 12.000 en billete entre dólar ahorro y viajes de argentinos al exterior. Aunque la caída de las reservas no es tan drástica debido al intercambio de monedas con China, el objetivo de la administración kirchnerista es uno solo: llegar al 10 de diciembre sin tener que caer en una nueva devaluación como la de enero de 2014 y dejarle el paquete de regalo al próximo presidente.