El tipo de cambio comenzó a orientarse a la baja esta semana, en el inicio de la temporada alta de liquidaciones de divisas del agro, en un año en el que se prevé que la cosecha alcance un nuevo récord, registrando un importante salto con respecto a 2018. A esto se suman, a su vez, los rendimientos crecientes en pesos, a partir de la suba de la tasa de política monetaria y las recientes medidas del Banco Central para acelerar su traslado a las tasas de los depósitos a plazo fijo. La cotización del dólar marcó esta semana cuatro bajas consecutivas, para cerrar el viernes en $42,18 a nivel mayorista, luego de haber tocado $43,80 en el inicio de la semana.
Adicionalmente, a partir del lunes las ventas diarias de dólares del Tesoro ayudarían a reforzar la oferta de divisas, luego que el directorio del FMI aprobara el cuarto desembolso por unos USD 10.800 millones, en el marco del acuerdo Stand-By.
Como se señaló, la oferta de dólares comienza a verse reforzada por las mayores ventas del agro en el inicio de la temporada de liquidaciones de divisas de este sector, con picos estacionales entre los meses de abril y junio. En estos meses, se concentrarán buena parte de los USD 25.000 millones de exportaciones agrícolas que se estiman para este año, unos USD 6.000 millones más que en 2018, gracias a la recuperación de la producción tras la sequía. La suba de los rendimientos en pesos también contribuye a restar presión al mercado de cambios. Acompañando la suba en la tasa de interés de referencia que siguió al sobrecumplimiento de las metas monetarias, las tasas de los depósitos a plazo fijo en el segmento mayorista pasaron de 36% a 51%, acumulando un incremento de 15 puntos porcentuales desde mediados de febrero. El traslado de la suba en la tasa de política monetaria a las tasas de los depósitos a plazo se vio favorecido por la decisión del BCRA de anunciar un “piso” para la tasa de las LELIQ de 62,5% para el mes de abril. Esta medida, al dar mayor previsibilidad en cuanto al rendimiento futuro de las letras del BCRA, reduce el riesgo de descalce para los bancos producido por la diferencia de plazos entre las LELIQ (7 días) y los depósitos a plazo fijo (generalmente a 30 días), permitiendo a las instituciones financieras calibrar las tasas que remuneran por los depósitos con una tasa de interés de referencia mínima predeterminada.
El BCRA también impulsó un nuevo mecanismo (operativo a partir de mayo) orientado a facilitar a los individuos la constitución de depósitos a plazo por vía digital en cualquier banco, promoviendo una mayor competencia entre las entidades que aliente un incremento en las tasas pagadas por los depósitos minoristas. A estos dos factores, la oferta de dólares del agro y los mayores rendimientos en pesos, se sumarán también a partir del lunes las ventas divisas del Tesoro.
El Ministerio de Hacienda había adelantado que volcará al mercado USD 9.600 millones correspondientes al préstamo Stand-By del FMI a través de subastas diarias de USD 60 millones, los cuales podrían llegar a sumar una oferta cercana a los USD 1.000 millones mensuales.
Por otro lado, en lo que tiene que ver con los datos del nivel de actividad, los indicadores de industria y construcción conocidos recientemente capturaron una recuperación en el margen en ambos sectores. Esto se ve más claramente en el segundo caso, a partir de las obras que comienzan a ejecutarse en provincias y municipios ante el comienzo del calendario electoral en diferentes distritos, como así también la reactivación de obras privadas, en respuesta al retroceso que registraron los costos de construcción medidos en dólares.
La industria avanzó un 2,4% mensual en febrero, dato que sumado al repunte de 4,8% registrado en enero, acumula una mejora en el primer bimestre de 7,2% con respecto a diciembre. En el caso de la construcción, el crecimiento de la actividad en febrero fue de 8,3% mensual, acumulando así un avance de 13,3% en los dos primeros meses del año.
El mayor dinamismo de los indicadores de la actividad de la construcción refleja la recuperación de la demanda de insumos sectoriales, varios de los cuales mostraron un fuerte incremento durante los meses de enero y febrero medidos en términos desestacionalizados. Materiales como el asfalto (+35,4%), cales (+34,1%) y hormigón elaborado (+19,7%), entre otros, acumularon las principales subas frente a diciembre. Otro indicador al alza es el de los m2 autorizados para la construcción en los principales centros urbanos, que experimentó una suba de 36,6% interanual en febrero y 20% en promedio en el primer bimestre, en un marco de fuerte baja de los costos sectoriales en dólares. Tras tocar picos cercanos a los USD 1.000 por m2 en abril de 2018, cayeron por debajo de los USD 600 en febrero, con un retroceso del orden del 40%, que los sitúa en torno a los mínimos de los últimos cuatro años.
En resumen, el mes de abril comenzó con una reducción de las presiones cambiarias, en un contexto de mayor oferta de divisas, en el que empezaron a verificarse las primeras ventas de dólares de exportadores agrícolas, junto con un incremento de las tasas en pesos, que reflotaron el interés por inversiones en moneda local. Luego de las presiones verificadas en el mercado de cambios durante marzo y las especulaciones generadas en torno a cómo sería el inicio de la temporada alta de liquidaciones, la semana cerró en este sentido con una buena señal. En la medida que se consolide esta tendencia, ayudará a transitar con menores tensiones el segundo trimestre, en el cual a los incipientes signos de recuperación de la economía real se sumará el efecto de la cosecha sobre los indicadores de la actividad agregada.