La batalla es todos contra todos y está plagada de acusaciones y traiciones. A medida que se acercan las elecciones, los garrochazos se multiplican en todo el país.
Sergio Massa, que había sido el más beneficiado en 2013, ahora es el más perjudicado. Hasta fines del año pasado el líder del Frente Renovador le abrió la puerta a una ambulancia llena de heridos que había dejado el kirchnerismo.
Ahora, mientras la polarización entre el oficialismo y el macrismo se profundiza, Massa pierde aliados de peso Después d ela fuga de Sandro Guzmán hacia el sciolismo y la de Jesús Cariglino al macrismo, llegó la más estruendosa de todas. Darío Giustozzi dio el portazo con un reportaje en Clarín en el que fulminó con críticas al massismo. Acusó al ex jefe de Gabinete de Cristina Kirchner de maltratarlo.
Desde el Frente Renovador señalaron al ex intendente de Almirante Brown como desleal y egocéntrico y afirmaron que no medía nada en las encuestas.
Giustozzi quería ser candidato a gobernador y no toleró nunca el ingreso de Francisco de Narváez, el massista que aparece arriba en todos los sondeos.
Ahora, en el campamento del ex intendente, la preocupación está centrada en los movimientos de Mario Das Neves. El ex gobernador de Chubut se sumó al massismo después del triunfo de 2013, pero ahora coquetea con Daniel Scioli y busca su apoyo para la pelea en la Provincia.
