La actividad está casi al nivel pre-pandemia, pero todavía 8% abajo que en marzo 2018

Según el Estimador Mensual de la Actividad (EMAE) del INDEC, la actividad económica subió 0,8% en julio pasado, respecto de junio (en la serie desestacionalizada). Así, acumuló el segundo mes consecutivo con subas mensuales, tras el “parate” de abril y mayo producto de la “segunda ola” de covid y las mayores restricciones a la movilidad. Con este número, el nivel de actividad quedó 0,8% abajo del nivel pre-pandemia de febrero de 2020. Y aún está 8,1 puntos abajo del nivel pre-crisis de 2018. Aún si se mantuviera el nivel de actividad estacando en los valores actuales, por el “efecto arrastre estadístico”, la economía crecería este año 7,9% en 2021.

El Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) de julio reflejó una suba mensual 0,8%, respecto al mes previo. La medición desestacionalizada marcó así sus primeras dos alzas consecutivas desde que comenzó el 2021. La recuperación de la economía real se había frenado en el segundo trimestre por la segunda ola” de covid y las mayores restricciones a la actividad. Con la mayor vacunación y la reapertura económica, se comienza a revertir esta dinámica. Sin embargo, la economía está todavía 0,8% por debajo del  nivel pre-pandemia (febrero/2020) y 8,1% abajo del nivel pre-crisis cambiaria de 2018.

Por efecto del “arrastre estadístico”, debido a la comparación con el derrumbe del año pasado, si la actividad económica se mantuviese “congelada” de ahora en el mismo nivel que registró en julio pasado (último dato oficial) durante todos los meses restantes de 2021, aún así el PBI crecería 7,9% en 2021 respecto de 2020. Dicho de otro modo: la economía podría crecer este año cerca del 9%, después de la caída del 9,9% el año pasado.

La velocidad de recuperación de los distintos sectores económicos sigue siendo muy heterogénea. Es bien marcada la diferencia entre los sectores productores de bienes y los que bridan servicios que muestran una recuperación más lenta.

De los 15 sectores relevados por el Indec, 13 exhibieron variaciones positivas en la comparación entre julio 2021 y el mismo mes del año pasado: “Pesca” (251,6%); “Otras actividades de servicios comunitarios, sociales y personales” (88%); “Hoteles y restaurantes” (55,4%); “Construcción” (22,6%);   “Industria Manufacturera” (12,7%);”Comercio Mayorista, minorista y reparaciones” (12,5%), “Explotación de minas y canteras” (12%); “Servicios sociales y de salud” (11,5%); “Actividades inmobiliarias, empresariales y alquiler” (11,1%);  “Transporte y Comunicaciones” (10,1%); “Adm. pública y defensa, planes de seguridad social de afiliación obligatoria” (7,2%); “Enseñanza” (4,1%) y “Electricidad, gas y agua” (3,2%).

Las mayores caídas del mes de julio se dieron en “Intermediación Financiera” (-1,3%)  y “Agricultura, ganadería, caza y silvicultura” (-3,6%) ambas en términos interanuales.

Como se ve en el gráfico que compara la recesión actual con la recesiones de 2002 y 2009, en el escenario más optimista con crecimiento mensual de 0,5% de aquí para adelante, en septiembre de 2021 se alcanzaría el nivel de actividad pre-pandemia de febrero de 2020. Mientras que recién en diciembre de 2022  se alcanzaría el nivel de actividad previo a la recesión que se inició en julio de 2018.

Todo ello suponiendo que Argentina evitara en los próximos meses un nuevo salto devaluatorio del tipo de cambio oficial que impulsaría fuertemente la inflación, provocaría un nuevo derrumbe del consumo y postergaría todavía más la recuperación.

Para el mes de agosto es probable que el nivel de actividad siga en ascenso por el levantamiento de las restricciones a la movilidad. El Índice General de Actividad (IGA) de Orlando Ferreres y Asociados aumentó un 1,9% en agosto, respecto del mes anterior.  Además, los índices adelantados de la construcción como despachos de cemento portland subieron 4,1% en agosto, respecto a julio de 2021. En tanto,  la producción automotriz, informada por ADEFA, subió 20,1% contra el mes de julio.

En 2021 el crecimiento volverá a “tasas chinas” pero sin un impacto fuerte sobre el nivel de empleo y con ingresos reales de trabajadores, jubilados y beneficiarios de programas sociales “erosionados” por la inflación. En el mejor de los casos, cerca de recuperar lo perdido en el año anterior. Por ello, existen muchas dudas sobre si el “rebote” post-pandemia se puede traducir en un proceso de crecimiento sostenido en el tiempo. O solo será un “rebote económico” después del “apagón” de la pandemia.