Dos consultoras, Fundación Capital y Ecolatina, ya advierten sobre el riesgo de un sobreajuste (“overkill” en la jerga) en el programa acordado con el FMI. La idea de que si recesión se agudiza y se extiende tiempo más de lo previsto, se entraría en un círculo vicioso en el que los ingresos tributarios no alcanzan para llegar al “déficit cero”, lo cual obliga a subir más impuestos o recortar más obra pública, profundizando más la caída del nivel de actividad. Es el riesgo del ajuste sobre el ajuste.
En su informe, la Fundación Capital, dirigida por Martín Redrado, afirma que “ si bien enero mostró un incremento en el superávit primario, lo exigente de la meta y el magro desempeño de la recaudación encienden luces de alerta hacia adelante. En efecto, con un comportamiento de los ingresos similar al de enero para el resto del año, el esfuerzo requerido del lado del gasto es mucho mayor al observado en el primer mes”.
Por su parte, la consultora Ecolatina –fundada por Roberto Lavagna– advierte sobre la situación fiscal en 2019 y señala que “los ingresos estipulados en el Presupuesto están sobreestimados. Suponiendo que no se incorporan nuevos impuestos, los recursos del sector público oscilarían en 18,5% del PIB, lejos del 20% del PIB proyectado por el Poder Ejecutivo. En consecuencia, el recorte necesario del gasto primario real deberá ser mayor al postulado”.
El punto es dónde se puede recortar más el gasto, que ya fue ajustado. Las partidas de seguridad social que explican el 60% del gasto total, tienen un ajuste automático por inflación pasada ( y salarios) , por la ley de movilidad jubilatoria .Este rubro no se puede tocar. El grueso del ajuste en 2019 está en subsidios económicos que representa un 10% del gasto público. Para este año ya hay un cronograma de ajuste de tarifas muy fuerte, con un costo político asociado alto. Difícilmente se pueda seguir insistiendo con más ajuste por ahí. Otro ítem es salarios del Estado nacional que ya sufrieron un ajuste en términos reales-descontada inflación- también muy importante en 2018.
Sólo quedaría profundizar el ajuste en los llamados "gastos de capital". Es decir, en la obra pública .Según la consultora Ecolatina “esa línea del gasto será la que realizará el mayor ajuste, no solo por la discrecionalidad de sus erogaciones, sino también por la velocidad con que pueden recortarse”. La consultora proyecta que los gastos de capital retrocederían nominalmente 12% y casi 40% en términos reales en 2019.
Si la recesión se extiende y la recaudación sigue cayendo en términos reales (es decir sigue muy por debajo de la inflación), aun teniendo en cuenta el aumento de presión tributaria en 2019 (suba de retenciones a exportaciones), llegar al déficit cero podría requerir un ajuste mayor. Pero el ajuste sobre el ajuste puede detonar un círculo vicioso de consecuencias insospechadas, en especial en plena campaña electoral.