Las reservas del BCRA cayeron 10.268 millones de dólares desde la PASO hasta el 29 agosto y u$s 909 millones sólo el jueves, el día después de los anuncios del “reperfilamiento” de deuda del ministro Hernán Lacunza. Ahora suman U$S 56.046 millones frente a los U$S 66.309 millones del viernes previo a las PASO.
Semejante caida de las reservas, no solo se explica por las ventas del BCRA para contener el dólar (unos 900 millones en los últimos tres días), y los pagos de deuda, sino también por la acelerada salida de depósitos en dólares del sistema financiero.
Sin embargo, como ya explicamos en varias oportunidades en PLAN M, las reservas netas o reales con que cuenta el Banco Central suman ahora unos U$S 15.000 millones, 3000 millones menos que antes de la elección primaria (Ver acá.)
El Gobierno con esas reservas tenía hasta ahora que enfrentar dos frentes: el frente cambiario y, por otro lado, los pagos de la deuda de corto plazo LETES en dólares y LECAPS en pesos que no se renueve. Sólo estos vencimientos sumaban hasta diciembre u$s 10.500 millones en LETES y en vencimientos de Lecaps en pesos había el equivalente a otros U$S 7.500 millones (a un tipo de cambio mayorista de $ 55). Ver acá.
Esta “ sábana corta” de dólares (escasos) para cubrir ambos frentes llevó al ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, a tomar la decisión de “reperfilar” los vencimientos de la deuda de corto plazo para tener más dólares para intervenir en el mercado de cambiario. El objetivo es “prioridad la estabilidad cambiaria”, como explicitó el propio presidente Macri. Pero con cero confianza en la política economica actual, e incertidumbre total por lo que tiene, el plan puede significar un intento más por frenar el dólar, derrochando reservas en el camino, y dejando una cuenta cada vez más pesada a la próximas gestión y con menos dólares en el Banco Central para afrontarla.
Pero por sobre todo, la decisión tiene riesgos de magnitud por delante.
Primero, esto impacta en inversores institucionales que posean Letes (Letras del Tesoro de la Nación) y Lecaps (Letras Capitalizables), que recibirán 15% de sus inversión al vencimiento, un 25% a los tres meses y 60% a los seis meses. Para las personas físicas el Gobierno pagará el 100% al vencimiento. En este caso, el problema lo tienen Fondos Comunes de Inversión cuyas carteras están compuestas por bonos, LETEs y LECAPs. que tendrán que reflejar pérdidas importantes. ya que muchos de los titulares de las cuotapartes pidieron rescatar sus fondos ante este cambio de plazos.
De hecho, en la jornada de ayer las sociedades de bolsa y bancos suspendieron la operatoria de rescate de fondos comunes de inversión, hasta que quede claro como impactará definitivamente las medidas impulsadas por Hacienda.
Todo esta situacion puede acelerar el mayor de los peligros: la corrida de los depositantes de los bancos, que ya en los últimos días venía a un ritmo preocupante.
La salida de depósitos en dólares de los bancos viene cada vez a mayor velocidad. Con datos oficiales al martes pasado, entre el 9 y el 27 de salieron de los bancos U$S 3,510 millones, el 12% del total de depósitos en dólares del sistema. Pasaron de u$s32.503 millones el viernes antes de las PASO a u$s 28.993 millones el martes pasado. Esta dinámica podria agravarse después de la última decisión que tomó el Gobierno. Aún no hay datos disponibles los días posteriores a la medida, pero segun fuentes del sistema financiero eso es lo que ocurrió.
El otro peligro es que la salida de depósitos en peso para correr al dólar también se acelere. Los depósitos en pesos cayeron 45.000 millones desde las PASO, pero las últimas movidas de los bancos indican que en los últimos días esa tendencia se profundizó. De hecho, ayer, pese a que el Banco Central subió la tasa de las Leliqs a casi 79%, quedaron sin renovar unos 100.000 millones de pesos, que los bancos le reclamaron pagaron al BCRA para poder afrontar retiros de depósitos en pesos.
El segundo impacto negativo de corto plazo de la medida es sobre la economía real. Hay muchas pymes y grandes empresas que invertían su capital de trabajo en estos fondos comunes de inversión en pesos para tener rendimientos en un contexto de tasas de interés muy elevadas y alta inflación, a la vez que tenían el beneficio de la liquidez casi inmediata- 24 hs -.
Sin embargo, con las medidas tomadas ayer aún no saben si podrán rescatar esos fondos, ni a qué plazo se los podrán desembolsar. Allí las medidas tienen un impacto directo en la economía real.
Argentina no solo perdió el crédito internacional –en 2018- y se vio obligado a recurrir al FMI. Sino que también perdió el crédito interno. Los ahorristas privados argentinos no quieren renovar las letras o bonos de corto plazo. Ningún privado quiso renovar LETEs en dólares, ni colocar LECAPs en la ultima licitación (que quedó desierta). En pocas palabras, nadie financia la transición hasta fin de año.
Ahora, habrá que monitorear el día a día de los depósitos, las ventas del Banco Central y las reservas.
En la conferencia de prensa del 28-A , Lacunza también anunció que se iniciará el diálogo para renegociar los vencimientos de deuda con el FMI. Esta es una medida que tanto el espacio de Alberto Fernandez como Macri iban a impulsar, debido a la magnitud de esos vencimientos que se concentran en el año 2022 y 2023. En tanto, el FMI anticipó que analizará y evaluará el impacto del anuncio realizado.
Para el oficialismo es clave que se destrabe el desembolso de 5.400 millones de dólares del FMI para contener el frente cambiario y evitar que el drenaje de reservas y depósitos en dólares continue.