El apellido Kirchner no quiere estar ausente en el cuarto oscuro en las elecciones decisivas de 2015.
La familia presidencial estudia variantes para conservar una cuota de poder importante a partir del 10 de diciembre.
Después del operativo clamor del oficialismo para que Cristina Fernández sea candidata en la provincia de Buenos Aires, ahora el nombre que resuena es el de su hijo mayor.
La charla telefónica de Máximo Kirchner con Víctor Hugo Morales dejó abierta la posibilidad de una candidatura del líder de La Cámpora.
La reaparición de Máximo viene de la mano de la campaña oficialista para evitar la llegada delposkirchnerismo.
Como si hubiera tomado nota del nuevo escenario, Daniel Scioli dio un giro elocuente en la propaganda electoral.
El postulante que más mide dentro del tinglado del Frente para la Victoria archivó el color naranja y se mostró mucho más como continuidad que como cambio.
Cristina y Scioli tienen un objetivo común de corto plazo: apuestan a la polarización con Mauricio Macri para sacar de la cancha a Sergio Massa.
Mientras se esfuerza por aupar a Horacio Rodríguez Larreta en la batalla interna contra Gabriela Michetti, el líder del PRO festeja que el oficialismo se dedique a castigarlo.
El escenario es complicado para Massa, que no quiere quedar al margen de la contienda y sigue disparando contra el garantismo.
El ex jefe de Gabinete de Cristina eligió como blanco a Roberto Carlés, el candidato que propuso el gobierno para reemplazar a Eugenio Zaffaroni en la Corte Suprema.
¿Tiene forma Massa de perforar la polarización y meterse en el balotaje? ¿O Macri y el candidato del kirchnerismo ya tienen un lugar asegurado en la segunda vuelta?