En las últimas semanas, el BCRA mostró preocupación por el incremento en la demanda de “dólar ahorro” –la compra de los U$S 200 dentro del cepo– y la brecha cambiaria del dólar oficial con el dólar blue, que pese a la noticia del arreglo de la deuda con los acreedores privados sigue cercana al 80%.
La demanda de “dólar ahorro” siguió incrementándose mes a mes.Y en agosto marcaría un nuevo récord. Más de 4 millones de personas habrían comprado su cupo de u$S 200 mensuales. Esto impacta en las reservas del BCRA que siguen “goteando”. La autoridad monetaria vendió u$S 850 millones en lo que va de agosto (hasta el 21/08).
Sin embargo, a partir del 7 de septiembre el BCRA tendrá una alternativa para “achicar” o al menos estabilizar la brecha cambiaria con los dólares alternativos en blanco, el dólar bolsa y el contado con liquidación. Una vez concretado el canje de deuda, la autoridad monetaria contará con “nuevos” bonos soberanos, con suficiente liquidez, para poder intervenir en el mercado de los “dólares alternativos” (contado con liquidación y “dólar bolsa”).
Actualmente, el BCRA tiene aproximadamente 16.600 millones de dólares (en valor nominal) en títulos que son elegibles para el canje de deuda (según el último balance de 2019).
Principalmente, los bonos Bonar 2022 , 2025 y 2027 por 13.700 millones de dolares (valor nominal). Estos bonos aparecieron en el balance del BCRA después de ser canjeados por las “Letras Intransferibles” en 2016.
Hasta 2016, el Tesoro Nacional le colocaba al BCRA “letras intransferibles” a cambio de los dólares de las reservas del BCRA para cancelar deuda pública. La primer “letra intransferible” fue para pagarle anticipadamente al FMI (Fondo Monetario Internacional) u$S 9.600 millones en el año 2006, durante la presidencia de Néstor Kirchner. Después se usó el mismo mecanismo cada vez que, durante la gestion de Cristina Kirchner, se cancelaban vencimientos de deuda del Tesoro con dólares de las reservas del Banco Central.
Volviendo a la posibilidad de intervención del BCRA en el mercado de los “dólares alternativos”, el Central canjeará los viejos bonos (hoy ilíquidos) por los nuevos bonos que emitirá el Gobierno. De hecho, ya aprobó el Directorio el ingreso al canje por la totalidad de tenencia de bonos en cartera. A los valores estimados que cotizarán los nuevos bonos (con paridades cercanas al 50%), según la estimación de “Invertir en Bolsa”, el BCRA contaría con 7.666 millones de dólares.
Consecuentemente, el BCRA podría vender parte de los nuevos bonos contra pesos en el mercado bursátil. Y así estabilizar o bajar la cotización de los dólares alternativos (dólar mep o bolsa, y contado con liquidación). O podría venderlos contra dólares para incrementar su reservas líquidas .
Los números indican que el BCRA tendrá casi el mismo “poder de fuego” en el mercado de bonos que en el mercado oficial de cambios. Ya que las reservas netas del BCRA (sin incluir Swap de monedas con China, encajes bancarios, depósitos del Gobierno y préstamos con organismo internacionales) son apenas u$S 8.362 millones (al 23/8). Mientras que, como se dijo, en bonos tendría el equivalente a u$s 7.666 millones.
Esta operatoria no es libre de riesgos ya que implica que la deuda intra-sector público (en el BCRA) pasaría a deuda “en manos” de privados. Es decir, se incrementa la deuda publica con el sector privado. Y además se estarían vendiendo bonos con paridades muy bajas. Probablemente, estos bonos podrían cotizar mucho más si mejorara el panorama macroeconómico y el riesgo país disminuyera en el futuro.
En el fondo, esta operatoria del BCRA es un “parche” o puede ser una solución de corto plazo para estabilizar la brecha cambiaria y que el Gobierno “gane” algo más de tiempo.
Sin embargo, para que realmente las expectativas de devaluación cedan es necesario que el Gobierno presente un programa económico integral (fiscal, monetario, tarifario y cambiario) de mediano plazo, plasme parte de esas metas en el Presupuesto 2021 que se debe presentar al Congreso el 15 de septiembre y avance en la negociación de la deuda con el FMI (por u$s 44.000 millones) para despejar totalmente el horizonte de vencimientos de deuda por los próximos 4 años. De lo contrario, al Central no sólo que le “compraran barato” las pocas reservas netas que le quedan, sino que también le comprarán su stock de bonos en dólares a “precios de remate”.