Según los números del Ministerio de Economía, en febrero se registró un déficit primario de $ 76.284 millones. Los ingresos totales ascendieron $ 846.031 millones y subieron 61,5% interanual. Mientras que el gasto primario totalizó $ 922.314 millones, con un aumento del 70% interanual. Los números de déficit primario están dentro de la meta del FMI (para el primer trimestre), pero la dinámica es preocupante. Los subsidios energéticos creciendo al 94,4% interanual reflejan una “inercia fiscal” que es difícil de frenar para el Gobierno
El acuerdo con el FMI exige un 2,5% del PBI de déficit primario para todo el año 2022. Para el primer trimestre de 2022 el objetivo es alcanzable: $ 222.300 millones de pesos como tope máximo. La estacionalidad del primer semestre le facilita la tarea al ministro Guzmán. Sin embargo, los números fiscales no están tan holgados y preocupa la dinámica para la segunda parte de 2022, cuando los ingresos fiscales caen, el gasto público se dispara y se amplía la “brecha fiscal”. Los subsidios energéticos ,que el Gobierno se comprometió en reducir un 0,6% del PBI , crecieron 22,5% en términos reales en el primer bimestre del año. Y aun restan los meses de invierno que profundizarán el agujero fiscal con precios internacionales de la energía disparados.
La meta fiscal para 2022 implica una baja de 0,5% del PBI respecto al resultado fiscal de 2021 (3% del PBI).Sin embargo, si incluimos 0,5% del PBI de ingresos extraordinarios por el impuesto a los altos patrimonios en 2021 la reducción del déficit primario debería ser de 1% del PBI.
Según lo informado por el Ministerio de Economía, en febrero pasado, los ingresos totales fueron impulsados por la recaudación impositiva, que mejoraron 60,5% interanual en términos nominales. Es decir, una suba de 5,4% en términos reales (contra una inflación de 52,3% interanual).
El déficit fiscal primario fue de $76.284 millones. Se multiplicó por 4 veces respecto al mismo mes de 2021. Mientras que el déficit financiero (incluido los intereses de la deuda) ascendió a $136.900 millones (equivalente a 0,2% del PBI).
Los ingresos vinculados a la evolución de la actividad económica, como el IVA (+66,6% interanual) e impuesto a los créditos y débitos (+122,8%) reflejaron un incremento por encima de la inflación (52,3% interanual).
Mientras que el Impuesto a las Ganancias registró un incremento de 40,6% interanual y los derechos de exportación subieron 53,2% interanual. Los ingresos asociados a Aportes y Contribuciones a la Seguridad Social se dispararon +63,9%, más de 10 puntos porcentuales por encima de la inflación acumulada en los 12 meses previos.
Las partidas del gasto que crecieron por encima de la inflación acumulada en los 12 meses previos en el primer bimestre de 2022 fueron: gastos de capital (obra pública), subsidios energéticos, jubilaciones y pensiones, AUH, y salarios.
En tanto el resto de las partidas, transferencias a las provincias y otros programas sociales (que no incluyen a la AUH) cayeron en términos reales.
En febrero, las prestaciones sociales (jubilaciones y gasto social), que explican el 55% del gasto operativo total, se incrementaron 10,6% interanual en términos reales (descontando la inflación). En tanto, el rubro “Jubilaciones y pensiones” reflejó un aumentó de 5,4% -en términos reales- en febrero pasado (crecieron 63,6% interanual en términos nominales). En el acumulado del primer bimestre de 2022 se incrementaron 7% en términos reales, por el arrastre de los aumentos de diciembre.
El rubro “otros programas sociales” (que no incluye a la AUH) es uno de los que más cayó en términos reales, debido a que en este ítem se incluían todavía en 2021 partidas del llamado “Gasto Covid”. En febrero pasado, reflejó una caida de casi 5% en términos reales, respecto al mismo mes de 2021.
En 2020 la partida “otros programas sociales” se multiplicó por 5,5 veces, y en 2021 se redujo a mitad. Todavía hay margen ahí para seguir “licuando gasto” en términos reales, si no se avanza más rapidamente en la reducción de los subsidios energéticos.
El gasto en salarios públicos crecieron, en febrero pasado, 74,1% interanual, contra una inflación acumulada de 52,3%. Dicho comportamiento se explica porque hasta mediados del año pasado, el gasto salarial del sector público se había atrasado fuertemente frente a la inflación.
Los “subsidios económicos” a las empresas de servicios públicos se dispararon 78,4% interanual (+17,1% en términos reales). Y los subsidios energéticos se dispararon 75,9% interanual en febrero. Es decir, crecieron 16,7% en términos reales.
En 2021, los subsidios económicos (energía principalmente, y en menor medida transporte) ascendieron a $ 1.398.000 millones. -equivalente a 3% del PBI. Según en el acuerdo con el FMI, el Gobierno se comprometió en bajar en 0,6% del PBI para 2022.
Sin embargo, el efecto del conflicto Rusia-Ucrania en los precios internacionales de la energía incrementará la “mochila” de subsidios a la energía. Luce muy difícil que se pueda llegar a ese número de recorte .Si solo en los primeros 2 meses del año la partida de “subsidios a la energía” creció un 22,5% en términos reales (descontando la inflación).
Los “gastos de capital” (obra pública) crecieron en febrero 55% respecto del mismo mes de 2021, en términos nominales. Es decir, solo 1,8 puntos porcentuales en términos reales. Sin embargo, en el acumulado del primer bimestre de 2022 subieron 11,7% (en términos reales), respecto a mismo periodo de 2021.
Las “Transferencias a las provincias” , en febrero, subieron 61,4% (en términos nominales). Es equivalente a un aumento de 5,9% en términos reales. En el acumulado del primer bimestre de 2022 caen 2,8% en términos reales (descontando la inflación).
Por último, los pagos por intereses de la deuda aumentaron en febrero 33% interanual, respecto al mismo período de 2021 en términos nominales. Asi, en el primer bimestre de 2022 se pagaron casi $122.000 millones de pesos más que en mismo período de 2021.
En resumen, los números fiscales reflejan que las partidas de mayor “peso” en el gasto público (prestaciones sociales, subsidios económicos y salarios) continúan con cierta “inercia fiscal” que dejó la segunda mitad del año electoral 2021.Y aún no han desacelerado.
A priori, esto no complica el cumplimiento meta del primer trimestre de 2022. Pero genera dudas para las metas fiscales del segundo semestre si se continua con esta dinámica. En los próximos meses la aceleración inflacionaria incrementará la recaudación (en términos nominales) y licuará parte de los gastos no indexados. De esa manera, se achicará la brecha fiscal. Igualmente será necesario un “freno” en los subsidios económicos para poder llegar a la meta de 2,5% de déficit primario en 2022.