Según lo informado por el Ministerio de Hacienda, en marzo se registró un déficit primario de $ 74.466 millones. Un 40,3% menor que en marzo de 2020. Los ingresos totales ascendieron $560.576 millones y subieron 15,1% en términos reales, descontando la inflación. Mientras que el gasto primario totalizó $ 635.042 millones, una baja del 4,5% en términos reales. En el primer trimestre del año, el BCRA tuvo que emitir $ 135.000 millones para cubrir el agujero fiscal.
En marzo pasado los ingresos totales subieron 15,1% interanual y el gasto primario cayó 4,5% interanual, ambos en términos reales. Los ingresos totales fueron impulsados por la recaudación impositiva, que mejoró 72,2% interanual en términos nominales ( 20,9% en términos reales). Vale señalar, que la comparación interanual se da contra un mes base bajo por el impacto negativo de la cuarentena dura ya desde la última semana de marzo 2020.
Con el número del déficit de marzo, el primer trimestre de 2021 cerró con un déficit financiero (primario más el pago de intereses de la deuda) de $184.408 millones, equivalente a 0,5% del PBI, en buena medida gracias a la reestructuración de la deuda en dólares del 2020, que liberó del pago de vencimientos relevantes por 3 años. Es el registro más bajo de los últimos seis años, junto con el déficit financiero del primer trimestre de 2019. Y es menos de la mitad comparado con el déficit financiero del primer trimestre de 2020, que llegó a 1,2% del PBI.
Del lado de los ingresos totales, en marzo, los derechos de exportación que se dispararon 154,5% interanual (en términos nominales) por los súper precios internacionales de las materias primas (especialmente la soja cotizando por encima de los u$s 500 por tonelada). En tanto, los derechos de importación y tasa estadística crecieron 114% interanual. La recaudación del Impuesto al Valor Agregado subió 80,6% interanual y del Impuesto a las Ganancias 105,3% interanual, todos en términos nominales-.
Como se dijo, en marzo pasado, el gasto primario cayó 4,5% interanual en términos reales. Hubo una fuerte disminución de las partidas del llamado “Gasto Covid-19”, por la eliminación del IFE y del ATP. Según la Oficina de Presupuesto de la Nación, en el primer trimestre 2021, el “Gasto Covid-19” totalizó gastos por solo $ 58.032 millones (equivalente al 3,6% del gasto primario).
Las partidas del gasto corriente con mayor ajuste en marzo pasado fueron: 1) Jubilaciones y pensiones (por la suspensión de la ley de movilidad) y 2) salarios públicos.
En marzo, las prestaciones sociales (jubilaciones y gasto social), que explican el 60% del gasto operativo total, cayeron un 7,3% interanual en términos reales (descontando la inflación). Producto de la suspensión de la ley de movilidad previsional en 2020, los aumentos discrecionales por decreto presidencial y la “nueva” fórmula jubilatoria que significó un aumento de solo 8,1% en el haber de marzo.
Las jubilaciones acumulan 5 meses consecutivos de caídas en términos reales (el último mes que le ganaron a la inflación –interanual- fue octubre de 2020) – ver gráfico-
Mientras que el gasto en salarios públicos se derrumbó 14,5% marzo de 2021 (respecto al mismo período de 2020) en términos reales. Los salarios solo crecieron un 21,4% -nominal- con una inflación que alcanzo el 42,6% (en los 12 meses previos).
Contrariamente, las partidas que motorizaron el incremento en el gasto público fueron: subsidios económicos y gastos de capital (obra pública) .
Los “subsidios económicos” a las empresas de servicios públicos subieron 56% (en términos nominales) en marzo de 2021 debido al “congelamiento” tarifario. En el primer trimestre del año los subsidios económicos (energía principalmente, y en menor medida transporte) ascendieron a $ 185.924 millones.
En tanto, los “gastos de capital” (obra pública) se dispararon 142,4% respecto del mismo trimestre de 2020, en términos nominales. Es claro que en un año electoral el gasto en obra pública seguirá creciendo a un ritmo acelerado.
Dentro de los “gastos de capital”, se destacan la asistencia otorgada para el desarrollo de infraestructura para el saneamiento que realiza ENOHSA (2.961 millones), las transferencias para el sector Educación ($1.745 millones), transferencias por $1.603 millones otorgadas al Ministerio de Obras Públicas y erogaciones correspondientes al desarrollo de viviendas ($1.874 millones)
Las “Transferencias a las provincias” subieron solo 4,6% en marzo (en términos nominales). Es equivalente a una caída de 26,6% en términos reales.
Por último, los pagos por intereses de la deuda cayeron en marzo 28,2% interanual (respecto al mismo período de 2020) –en términos reales-, debido a los menores intereses pagados en moneda extranjera por la reestructuración de la deuda.
El gasto público en año electoral tenderá a incrementarse a medida que se acerque la fecha de las elecciones legislativas. Tras los anuncios de menores subas en tarifas de las empresas de servicios públicos es claro que “mochila” de los subsidios económicos seguirá incrementándose fuertemente. También seguirá creciendo a un ritmo acelerado la “obra pública” (gastos de capital).
Los grandes perdedores en 2021 -tras la implementación de la nueva fórmula de movilidad (con topes)- serán jubilados y pensionados (ya perdieron en los últimos 5 meses contra la inflación), al igual que los salarios públicos.
El cierre de la “brecha fiscal” (ingresos y gastos) dependerá de la magnitud de la “segunda ola” de coronavirus. Por el lado de los ingresos, un nuevo “apagón” de la actividad deterioraría fuertemente los ingresos tributarios. Por el lado del gasto, la clave estará en que los “paliativos” transitorios y focalizados en AMBA otorgados por el Gobierno a las familias -como el bono de $15.000 para beneficiarios titulares de AUH -. No se transformen en ayuda “generalizada y permanente”, imposible de financiar en este contexto.