El primer día hábil de septiembre el BCRA tuvo que vender u$S 241 millones para contener al dólar oficial y abastecer a la demanda del “dólar ahorro” (el dólar minorista oficial más el recargo del 30% del impuesto PAÍS). Es la mayor venta neta de dólares por parte del BCRA desde el 4 de febrero pasado. El 2 de septiembre vendió otros U$S 114 millones.
Si tomamos los últimos 11 días informados por el BCRA (hasta el 1/09) se aceleraron las ventas a U$S 81 millones diarios. Acumulado ventas por u$S 896 millones en dicho período.
Fuentes del mercado estiman que en la primera semana de septiembre unos 3 millones de personas compraron dólares dentro del cepo (máximo de 200 dólares) por un valor cercano a los U$S 600 millones.
Entre el 15 de abril y el 28 de mayo, pese al cepo de U$S 200, el superávit comercial en la balanza comercial y el período de liquidación de agro-dólares, el BCRA tuvo una posición vendedora en el mercado oficial de cambios. En dicho periodo, el Central acumuló ventas de dólares por 1.759 millones de dólares. En promedio vendió u$S 59 millones por día, un ritmo insostenible en el tiempo.
Por ello, llegó el “super cepo recargado” que ajustó el acceso a los dólares oficiales para importadores. El Central les pidió que usen sus propios dólares en el exterior antes de solicitar dólares a la cotización oficial a la autoridad monetaria. Y también adicionó restricciones para las personas física. Estableció un plazo de 90 días (antes era de 30 días) para acceder al “dólar solidario” para quienes habían operado en el “dólar bolsa”. En julio aumentó las restricciones para la transferencias entre cuentas en moneda extranjera (personas físicas) para evitar a la operatoria de “coleros digitales” del cupo de u$S 200 mensuales.
Entre el 29/05 y el 18/06, el BCRA registró compras netas de dólares por u$S 1.051 millones, recuperando el 59% de los dólares vendidos entre 15/04 y 28/05.
Sin embargo, desde el 18/06 Central volvió a tener una postura vendedora en el mercado de cambios. Entre el 18/06 y 02/09, la autoridad monetaria vendió 2.301 millones de dólares. Es decir, un promedio de 43 millones diarios.
Pero como se dijo al principio esas ventas se aceleraron a U$S 81 millones diarios desde la segunda mitad de agosto. Una dinámica insostenible en el tiempo. Las reservas netas en el BCRA (sin incluir Swap de monedas con China, encajes bancarios, depósitos del Gobierno y préstamos con organismo internacionales) son apenas u$S 7.598 millones (al 31/8).
Sólo en agosto el Banco Central vendió en términos netos U$S 1.279 millones y si se continua como hasta ahora esa cifra podría superarse en septiembre. Desde enero hasta los primeros 2 días de septiembre, pese a un superávit comercial estimado en U$S 11.000 millones en el período, el BCRA no sólo no acumuló reservas sino que lleva vendidos U$S 2.100 millones.
Claramente, este nivel de “drenaje” de reservas no es sostenible.
En el Gobierno aseguran que esperaran unas semanas para ver si con la dinámica de los nuevos bonos del canje cotizando en el mercado se estabilizan a la baja los dólares alternativos en blanco (dólar bolsa y contado con liquidación) junto con el dólar blue, lo que permitiría achicar la brecha con el dólar ahorro, acelerando la suba de del dólar oficial.
De hecho, aunque muy levemente, esa tendencia se vio a patir del 7 de septiembre, cuando empezaron a cotizar los nuevos bonos. Bajaron los dólares alternativos (dólar blue en $ 131, dólar bolsa en $ 117 y contado con liquidación en 125 pesos), mientras que el Banco Central habría seguido vendiendo reservas (pese a las versiones del mercado en contrario), pero apurando la suba del dólar oficial mayorista (a $ 74,65), un alza de 20 centavos, con lo cual el “dólar ahorro” escaló hasta 102,55 pesos.
Sin embargo, mientras la brecha entre el dólar ahorro y el dólar blue no se cierre, la fuerte compra de dólares minoristas, para vender en el paralelo, continuará. De ahí que, para no seguir perdiendo reservas peligrosamente en el camino, el Banco Central ya empezó a restringir la venta de dólares a empresas que deben cancelar deuda en dólares con el exterior o empresas automotrices, entre otros sectores.
En los últimos días se evaluó la posibilidad de restringir el cupo de 200 dólares mensuales de “dólar solidario”. Esto permitiría, en el corto plazo, evitar que sigan cayendo las reservas disponibles del BCRA. Pero con estos niveles de “dolarización” de ahorros, se ampliaría la brecha cambiaria entre el dólar oficial y los dólares alternativos. Y hasta podría generar un fantasma adicional acelerando la salida de dólares, estabilizados en los últimos 2 meses.
Por eso, esa alternativa fue hasta ahora descartada por el ministro de Economía, Martín Guzmán.
Otra alternativa , que tomo fuerza las últimas semanas ,es “desdoblar” el tipo de cambio (eliminado el “dólar solidario”): esto implicaría la existencia de un “dólar comercial” (para importaciones y exportaciones) y otro “dólar financiero” (para el atesoramiento y el ingreso de dólares de empresas).
Sin embargo, en Economía también descartan esta posibilidad ya que el riesgo es que el “dólar comercial” (actual oficial) deje de ser referencia para los agentes económicos y los precios internos se actualicen con el dólar financiero, acelerando la tasa de inflación.
Sea como fuere, todas las alternativas enumeradas lucen “cortoplacistas” y solo sirven para “ganar algo de tiempo”.
Estamos en semanas claves en las que el Gobierno deberá definir cómo bajar las expectativas de devaluación y achicar la brecha cambiaria. Lo recomendable sería un paquete de medidas de corto plazo, mientras se ordena un plan fiscal y monetario que de certidumbre en el mediano plazo.
Un set de probables medidas serían : 1) Intervención del BCRA y Anses en el mercado de los “dólares alternativos” –contado con liquidación y “dólar bolsa”- para estabilizar sus cotizaciones- , 2) suba de tasa de interés de referencia o aumento de tasa de interés mínima para depósitos a plazo fijo , 3) aceleración de la tasa de depreciación del peso para incentivar a exportadores a liquidar los dólares o 4) algún tipo de beneficio impositivo (baja transitoria en los derechos de exportación) para aumentar la oferta de dólares en el mercado de cambios. Este último punto luce como el menos probable.
En cuanto al programa económico de mediano plazo, el Gobierno deberá acelerar la negociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (por u$S 44.000 millones) y en simultáneo presentar el proyecto de Presupuesto 2021 para dar mayor previsibilidad sobre las metas fiscales y monetarias, al menos, para el año próximo.
Hay que presentar una hoja de ruta de cómo se hará para achicar el enorme déficit fiscal causado por la pandemia (el gasto Covid y el derrumbe de la recaudación), financiado por una mega emisión monetaria, en un contexto de cada vez menos reservas en el Banco Central.
Esto le dará más certidumbre a los agentes económicos sobre el rumbo económico. Si el Gobierno recuperara algo de confianza “balizando el camino” de los próximos meses, se acotaría el riesgo cambiario e inflacionario que existe por delante.