“En Chile hay consenso respecto al superávit fiscal, la autonomía del Banco Central y el control de la inflación. Hay un piso común más alto que en Argentina”, afirmó Marco Antonio Enriquez-Ominami, líder del Partido Progresista chileno y candidato presidencial para las elecciones de 2017, en Al Máximo, el programa conducido por Maximiliano Montenegro, en Latina FM 101.1.
Enriquez-Ominami es una de las figuras políticas con mayor crecimiento en la última década en Chile. Plantea una tercera opción entre la Concertación de Michelle Bachelet y los partidos de la derecha que tuvieron de presidente a Sebastián Piñera. Sostuvo que Chile está pasando por un período de fragilización de su liderazgo, con una agenda que se parece mucho a la de América del Sur en materia de narco, corrupción y desaceleración.
El dirigente político comentó que en su país el pueblo no vive la alternancia política de manera traumática: “Estamos en un nivel de conversación que es bastante republicano y cívico. Tenemos un diálogo democrático y una alternancia que está validada por los chilenos”. Sin embargo, dijo que Chile es el país cuyo poder está más concentrado en todo el continente y que hay un hiperpresidencialismo único. “Creo que el sistema presidencialista fomenta la corrupción”.
Con respecto a los casos de corrupción en América Latina, Enriquez-Ominami planteó: “En América Latina, la responsabilidad política no existe porque no tenemos un sistema de castigos. Los gobiernos deben caer cada vez que cometan un error inaceptable”. Además, argumentó: “Muchas veces, se confunde la autoridad con la transparencia. El pueblo asume que la corrupción es un flagelo inaceptable, pero a su vez, se pide un liderazgo fuerte”, y citó el ejemplo de México, donde volvió a ganar el Partido Revolucionario Institucional que está vinculado a casos de corrupción.
Analizó la situación política actual en Argentina: “El desafío presidencial que viene es una mezcla de autoridad con distribución”, y en cuanto a la relación entre los dos países, estimó: “En cien años más, nos va a dar vergüenza haber sido parte de esta generación, si no somos capaces de conectar el Atlántico y Pacífico. Argentina tiene que mirar hacia el Pacífico”.